El rugby español vive una auténtica crisis interna cuando debería estar en su mejor momento deportivo. La Federación Española de Rugby (FER) suma una oleada de dimisiones de directivos, entrenadores y patrocinadores que pone en jaque la estabilidad del organismo presidido por Juan Carlos Martín ‘Hansen’.
Lo último y más preocupante ha sido la baja confirmada de la selección de Tonga, que finalmente no viajará para enfrentarse a España en la ventana internacional de noviembre. La FER había presentado esta fase como la más exigente de su historia, con un partido oficial contra Fiyi y dos compromisos no oficiales frente a selecciones “A” de Inglaterra e Irlanda. La cancelación de Tonga deja a España sin rivales de peso para seguir el ritmo del Mundial masculino que se avecina, algo crítico para el equipo dirigido por Bouza.
Pese a la evidencia del crecimiento deportivo, la FER no puede superar su crisis institucional. Desde que ‘Hansen’ tomó el mando hace unos años, su equipo ha ido perdiendo piezas clave. El tesorero histórico Ramón Blanco, cercano al presidente, dejó su puesto a finales del invierno pasado. Tras él, salieron el Alto Comisionado del Centenario, David Deosdad, y uno de los hombres fuertes, José Antonio Garrote, vicepresidente jurídico y figura clave del VRAC dentro de la junta.
La federación también forzó la salida de Miguel Ángel Martín, secretario general, envuelto en una polémica judicial con la Liga profesional de balonmano (ASOBAL). Martín fue despedido y denunciado por la ASOBAL por presunta administración desleal durante su etapa allí, lo que motivó que la FER rompiera relación meses después.
En comunicación, la FER perdió a otro hombre clave con la dimisión el pasado 10 de septiembre de Miguel Danés, responsable del área durante tres años. Su marcha fue seguida a lo largo de 2023 por las de Víctor Alonso (Marketing y Patrocinios) y Eliseo Patrón-Costas, secretario general y director de eventos, con presencia en World Rugby y Rugby Europe.
La situación afecta también a los cuerpos técnicos. Los seleccionadores Sub-18, Sergi Guerrero y Suso Romero, presentaron su dimisión a mediados de septiembre, apenas meses después de su nombramiento. La dirección quiere ahora ofrecer el puesto a Javier Garrido, entrenador del Alcobendas Rugby, mientras que el Sub-20 sigue bajo el mando de Juan Carlos Pérez ‘Bocas’.
Además, la FER sufrió una fuerte pérdida en patrocinio. Generali, el mayor partner del rugby español durante ocho años, decidió romper su vínculo en junio en un momento en el que el rugby nacional vive su mayor visibilidad con las Leonas en el Mundial femenino y el equipo masculino rumbo a Francia 2023, además del reciente subcampeonato mundial del rugby 7.
Como único rayo de esperanza, la FER ha cerrado un acuerdo con Movistar para patrocinar y dar visibilidad a la División de Honor durante tres años. No obstante, esta campaña se complica con la creación de un grupo profesional de 30 jugadores concentrados en la franquicia europea, que no están a disposición de los clubes para el arranque televisado.
Mientras todo esto sucede, la FER mantiene un silencio absoluto. El Periódico de Cataluña solicitó la versión oficial y no ha recibido respuesta alguna. Desde la sede en Ferraz se rumorea abiertamente una guerra interna y se especula que ‘Hansen’ podría dejar la presidencia antes de que termine su mandato en 2028.
La paradoja es clara: el rugby español apunta a una de sus mejores épocas deportivas, pero la federación que lo gobierna vive una crisis que pone en peligro la continuidad y organización de sus proyectos más ambiciosos.
