Netflix está en el centro de la polémica por su uso desigual de acentos en dos de sus últimas series españolas. “¿En qué se diferencian?”, se preguntó el escritor y profesor cordobés Antonio Manuel en redes sociales, al comparar ‘Animal’, ambientada en Galicia, con ‘Dos tumbas’, rodada en Andalucía.
En ‘Animal’, los personajes hablan en gallego o con su acento regional. Sin embargo, en ‘Dos tumbas’, los actores usan un español neutro, sin el característico acento andaluz, salvo un personaje narco que habla con el seseo propio de Bujalance y no con el ceceo típico de Frigiliana. Esta diferencia ha sido señalada como una falta de coherencia cultural y lingüística en la producción audiovisual.
Antonio Manuel no se quedó ahí y apuntó al fondo del problema: la influencia de las productoras radicadas en Madrid y Barcelona frente a la ausencia de productoras andaluzas. “Otro gallo nos cantaría si el CIF fuera andaluz. Lo que de verdad influye es que el pueblo gallego no lo consentiría, y el andaluz ni se ha dado cuenta”, afirmó en sus mensajes.
Este debate surge justo cuando entra en vigor la Nueva Ley General de Comunicación Audiovisual, que obliga a plataformas de streaming a fomentar la diversidad lingüística y a ampliar la oferta en las lenguas cooficiales del Estado. Netflix ya ha dado señales de este compromiso, por ejemplo, al estrenar ‘Desaparecido’ tanto en castellano como en euskera.
Pero la controversia sobre la representación del acento andaluz vuelve a evidenciar una vieja demanda: la necesidad de que las producciones reflejen con autenticidad las distintas realidades lingüísticas y culturales españolas. Usuarios y expertos reclaman un tratamiento similar al gallego u otros idiomas minoritarios para el andaluz, que sigue siendo ignorado o eliminado en las ficciones del sur.
Netflix no se ha pronunciado oficialmente sobre las críticas, que de momento siguen generando debate entre creadores y espectadores sobre la diversidad y la identidad regional en la pantalla española.
