Estados Unidos dio una de sus advertencias más directas a Rusia en días recientes. El martes, el Secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, advirtió al Kremlin que si no hay avances rápidos hacia la paz en Ucrania, Washington y sus aliados tomarán medidas para “imponer un coste” a Moscú por su agresión militar.
Hegseth habló con claridad y firmeza, dejando claro que el “Departamento de Guerra” está listo para actuar de una manera que sólo Estados Unidos puede ejercer. Las declaraciones, recogidas por medios finlandeses, marcan un giro en la retórica oficial, que esta semana acompaña a la visita de los presidentes Donald Trump y Volodímir Zelenski en la Casa Blanca.
En ese encuentro, ambos líderes coincidieron en la urgente necesidad de reducir tensiones con Rusia. Zelenski admitió que “tenemos que detenernos donde estamos” mientras Trump aseguró que espera terminar el conflicto sin entrar en una guerra abierta. Trump también anunció vía su red social Truth Social que sostendrá un encuentro directo con Vladimir Putin muy pronto, planeado para Budapest.
El apoyo militar americano a Ucrania sigue siendo clave. Hegseth recordó que desde agosto la OTAN ha comprometido más de 2.000 millones de dólares en asistencia a través de la lista PURL (Prioridades de Necesidades de Ucrania), para proveer armas y municiones críticas. Sin embargo, el secretario defendió también decisiones controvertidas que ha tomado él mismo, como suspender envíos de munición para sistemas de defensa aérea sin previo aviso a Trump.
Este episodio refleja tensiones internas y un enfoque firme desde el Pentágono, mientras la administración Trump se presenta como mediadora, confiando en su capacidad de negociar la paz, comparándose con su experiencia en Oriente Medio. Hegseth incluso elogió el papel del expresidente para “forjar la paz en escenarios difíciles.”
La amenaza estadounidense a Rusia es la más clara hasta ahora y apunta directamente a la posibilidad de escalada militar si no se logra frenar la guerra. En medio, Zelenski busca respaldo para mantener la presión diplomática y evitar un conflicto mayor. La atención ahora se centra en la próxima reunión Trump-Putin y la capacidad real de Washington para influir en Moscú.
