El Pazo de Meirás, mansión emblemática de Galicia y antiguo refugio veraniego de Francisco Franco, vuelve a manos del Estado tras una década de disputas legales.
Construida a finales del siglo XIX por la escritora Emilia Pardo Bazán como residencia e intelectual y escenario de reuniones culturales, el inmueble pasó a ser propiedad de Franco en plena Guerra Civil mediante una compra que hoy un juzgado de A Coruña ha calificado de “simulación” para apropiarse del edificio.
Con más de 8.000 metros cuadrados construidos y casi 90.000 m2 de jardines y anexos, esta finca en Sada (A Coruña) se ha convertido en una de las propiedades privadas más grandes y polémicas de Galicia. Su precio en el mercado inmobiliario supera los 7 millones de euros, llegando a anunciarse en portales por 8 millones en 2018.
La “Junta pro Pazo del Caudillo” organizó una colecta durante el conflicto para la compra del inmueble y entregarlo a Franco, asegurando su uso político y residencia estival. Desde entonces, el palacio fue escenario de recepciones oficiales y símbolo del poder franquista.
Proceso judicial y recuperación para Patrimonio Nacional
En 2019 el Estado inició el proceso para recuperar la propiedad y en septiembre de 2020 el juzgado determinó que la venta fue una “simulación”, ordenando la devolución inmediata al patrimonio público. El fallo afirmó que Franco usó su posición política para apropiarse irregularmente del pazo.
Actualmente, el Pazo de Meirás pertenece a Patrimonio Nacional y está declarado Lugar de Memoria Histórica. Desde 2021, se abre parcialmente para visitas culturales y educativas.
El Gobierno planea rehabilitar el espacio con un doble enfoque: reconocer el legado literario de Pardo Bazán y mostrar su uso político durante la dictadura franquista, convirtiendo el recinto en un centro cultural y de memoria. Se podrán visitar sus torres almenadas, la capilla privada, biblioteca monumental y los jardines emblemáticos.
Para los habitantes de Sada, el pazo es un símbolo cargado de historia, belleza y tensión política, reflejo del pasado reciente de España y un debate abierto sobre la memoria histórica.
Esta mansión une arquitectura medieval y romántica, construida con granito gallego y decorada con buganvillas que cubren su fachada, manteniendo una identidad muy marcada en Galicia.


































