El precio del oro acumula una subida récord del 51% este año y alcanza máximos históricos, impulsado por su tradicional papel como refugio seguro. En joyerías, los anillos de 10 gramos rozan los 1.000 euros, frente a los 150-200 euros de hace cinco años.
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, advirtió esta semana que las valoraciones en los mercados financieros están en niveles muy elevados y podrían estar sobredimensionadas. En un evento en Madrid, señaló que tanto renta variable como renta fija descuentan escenarios demasiado optimistas, con primas de riesgo anormalmente bajas.
“Los mercados no están valorando de forma correcta los riesgos geopolíticos”, dijo De Guindos.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, también alertó sobre la prolongación del conflicto en Ucrania. Según Robles, Rusia no está dispuesta a acelerar el fin de la guerra, lo que garantiza un periodo prolongado de inestabilidad en Europa y eleva la incertidumbre económica.
De Guindos apunta que la confianza actual solo se explica si se da un escenario muy favorable: que Estados Unidos siga bajando tipos de interés, que los conflictos comerciales se resuelvan y que la economía y empresas estadounidenses mantengan un crecimiento sólido. Pero advierte que esta bonanza no será homogénea, y que solo sectores vinculados a la inteligencia artificial logran capitalizar la situación, dejando a otros en riesgo.
En Europa, el aumento del gasto en defensa para responder a la amenaza rusa puede ser un motor económico, pero también un factor de incertidumbre para los inversores más conservadores.
En el terreno de las criptomonedas, el conocido “criptoinvierno” continúa con un recorte del 25% previsto para el bitcoin, aunque las políticas favorables impulsadas desde Estados Unidos mantienen viva la inversión en monedas digitales. Sin embargo, expertos no descartan que esta fase de mercado adverso persista a largo plazo.
Los analistas llaman a prudencia ante una posible corrección inminente en activos sobrevalorados, mientras la guerra en Ucrania y las tensiones geopolíticas mantienen la volatilidad en niveles altos.
