El Partido Popular de la Comunitat Valenciana se ha posicionado este viernes en medio de las crecientes dudas sobre el futuro de Carlos Mazón. En una reunión clave en Alicante, las tres direcciones provinciales – Valencia, Castellón y Alicante – encabezadas por Vicente Mompó, Marta Barrachina y Toni Pérez, acordaron pedir la celebración de un congreso regional para elegir al nuevo líder del partido y candidato a la Generalitat, en lugar de dejarlo directamente decidido por la dirección nacional en Génova.
La propuesta postula a Vicente Mompó, presidente de la Diputación de Valencia, como la figura preferida para tomar el relevo de Mazón. Este planteamiento se envía ahora a Génova, que en cambio valora más a la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, para ese puesto, lo que abre un pulso interno. La cúpula popular en Valencia quiere que la elección sea un proceso abierto y apoyado por los militantes, y no un nombramiento impuesto desde Madrid.
Por ahora, no se ha confirmado oficialmente ningún contacto directo entre Mazón y Génova, aunque fuentes del partido dan por segura una negociación que estaría en marcha estos días. Mazón, quien estuvo también en Alicante el viernes con sus colaboradores, mantiene por ahora que no piensa dimitir, aunque toda su situación se percibe como insostenible dentro del PP valenciano.
El líder estatal, Alberto Núñez Feijóo, parece estar moviendo ficha para atajar esta crisis interna. Aún no está claro cómo o cuándo se producirá el relevo. Sobre la mesa están dos escenarios complejos: una nueva investidura de un sucesor o unas elecciones autonómicas anticipadas, ambas opciones de alto riesgo para el partido en la Comunitat Valenciana.
En definitiva, el PP valenciano lanza un aviso firme a Génova: debe respetar la voluntad de los militantes locales en la sucesión del presidente de la Generalitat y no gestionar el cambio desde Madrid sin consenso regional.
Las próximas semanas serán decisivas para el futuro del partido y del Govern valenciano, con varios actores clave y opciones sobre la mesa. La región vive un momento de máxima incertidumbre política interna justo cuando se esperaba estabilidad tras las elecciones recientes.

































