La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) ha lanzado una alerta por el aumento notable de ratas en los grandes núcleos urbanos españoles. Madrid, Barcelona y Valencia son las ciudades donde más crecen las llamadas y actuaciones para controlar la plaga, según ha informado la organización hoy desde su sede en Madrid.
Sergio Monge, presidente de ANECPLA, explicó que esta subida no es solo percepción ciudadana, sino que las empresas acreditadas están recibiendo un aumento real de avisos y detectando infestaciones hasta en zonas previamente libres de ratas.
El principal motivo, aseguró Monge, es la creciente resistencia biológica de las ratas a los rodenticidas anticoagulantes, tradicionalmente los productos más efectivos para su control. A esto se suma la restricción europea sobre el uso y dosis permitidas de estos productos, que afecta tanto a profesionales como a particulares.
“Solo una actuación conjunta permitirá mantener las poblaciones bajo control y reducir los riesgos sanitarios asociados”, aseguró Monge.
Desde ANECPLA piden una colaboración estrecha entre administraciones públicas y sector privado para dar una respuesta rápida y eficaz. Además, insisten en que las contrataciones públicas deben valorar la calidad técnica y la experiencia, no solo el precio, para garantizar métodos seguros y responsables.
La organización recuerda que la gestión de plagas debe realizarse siempre por empresas registradas en el ROESB (Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Biocidas) y recuerda recomendaciones clave para los ciudadanos: usar contenedores adecuados para los residuos, respetar horarios de recogida, evitar acumular basura o materiales en patios, trasteros o zonas comunes, y mantener sellados sumideros, arquetas y canalizaciones.
También sugieren eliminar restos de comida y piensos de mascotas en exteriores para no atraer a las ratas. En caso de infestación o presencia reiterada de roedores, insisten en contratar solo empresas especializadas y autorizadas.
Esta llamada de atención llega en un momento en que la lucha contra las plagas urbanas se complica por la evolución biológica de los animales y la regulación de los productos químicos, lo que obliga a ampliar la cooperación pública y privada para evitar brotes y riesgos sanitarios mayores.
El repunte de ratas no solo supone un problema de salubridad sino un reto para la gestión de las ciudades, que deberán adaptar sus estrategias para contener la plaga de forma sostenible y eficiente.
