El Gobierno español ha desaconsejado formalmente viajar a Madagascar salvo en caso de necesidad ante la ola de protestas y el caos político que azota al país desde septiembre.
Desde hace semanas, manifestaciones contra el presidente Andry Rajoelina han derivado en un choque institucional con la Asamblea Nacional. Este lunes, ambas instituciones emitieron órdenes enfrentadas: Rajoelina anunció la disolución del Parlamento, que a su vez aprobó su cese por amplia mayoría mientras cuestionaba la legalidad de la medida.
El Ministerio de Asuntos Exteriores pide extremar la precaución, especialmente en zonas con concentraciones de personas, señalando que las protestas son impredecibles y pueden escalar a violencia. Además, el informe alerta sobre los graves problemas sociales y la debilidad institucional que agravan la crisis.
Rajoelina aseguró haber huido a un “lugar seguro” sin confirmar la información que indicaba que fue evacuado en un avión francés. La escasez de agua y electricidad ha levantado críticas contra su gobierno, que amenazan ahora su mando.
Una unidad élite de las Fuerzas Armadas, el Centro de Administración de Personal del Ejército (CAPSAT), se ha declarado al mando del país. Su líder, Michael Randrianirina, anunció la creación de un Consejo de Defensa Nacional de Transición (CDNT) que suspende la Constitución de 2010 y algunas instituciones clave como el Tribunal Constitucional y el Senado.
España pide evitar desplazamientos innecesarios y sigue de cerca la situación, que mantiene en riesgo la estabilidad del país africano y pone en alerta a la comunidad internacional.
