El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó que los apellidos terminados en -ez son de origen 100% español y datan desde la Edad Media. Estos apellidos patronímicos, que significan “hijo de”, incluyen Fernández (hijo de Fernando), González (hijo de Gonzalo), Rodríguez (hijo de Rodrigo), Pérez (hijo de Pedro) o Ramírez (hijo de Ramiro).
El sistema de apellidos en España distingue a nivel mundial porque honra ambos apellidos, del padre y la madre, algo que no ocurre en países como Francia, Estados Unidos o China. Esta tradición se consolida desde la Edad Media, cuando los apellidos comenzaron a usarse para identificar familias y propiedades.
Entre los apellidos más comunes y con auténtico origen español destaca especialmente García, que según expertos puede provenir de la palabra vasca hartz (oso) o gaztea (joven). Sea cual sea su origen exacto, García domina estadísticamente con 1.449.151 personas que lo llevan en España, seguido por Rodríguez con 926.207 y González con 921.956.
El uso oficial y heredado de apellidos se normalizó en el siglo XIX con la Ley del Registro Civil, pero la tradición viene de siglos atrás, cuando a partir del siglo IX la nobleza española ya registraba linajes a través de apellidos vinculados a profesiones, orígenes geográficos o características personales.
Apellidos como Herrero, Soldado o Criado surgieron por profesiones, mientras que otros como Zaragoza, Costa o Valle señalan lugares geográficos. También había apellidos que describían rasgos físicos o de carácter, como Rubio, Moreno, Bravo o Cabezón.
Hoy en día, España mantiene una identidad en sus apellidos que refleja siglos de historia familiar y cultural. El último cambio legal incluso permite poner primero el apellido de la madre por elección, algo único en el contexto internacional.
Los apellidos con terminación -ez y García son un símbolo claro de raíz española en el actual censo nacional y forman parte esencial del patrimonio onomástico en la península Ibérica.
































