Un estudio reciente de la Universidad de Ontario Occidental (Canadá) revela que los lobos mantienen un miedo profundo hacia los humanos, incluso en zonas donde están protegidos por ley. La investigación, publicada en Current Biology, confirma que estos animales consideran al ser humano como un “superdepredador”.
Para llegar a esta conclusión, los científicos instalaron cámaras ocultas y altavoces automáticos en intersecciones de caminos del bosque de Tuchola, al norte de Polonia. Cuando un animal pasaba a menos de 10 metros, se activaban sonidos como voces humanas hablando en polaco tranquilamente, ladridos de perros y cantos de pájaros.
La reacción de los lobos fue clara: mostraron miedo visible, esquivando el área o reaccionando con cautela ante la presencia y el ruido humano y el de perros, a pesar de que no existía amenaza directa. Esto confirma que su instinto natural les impulsa a evitar al hombre en cualquier circunstancia, incluso con normas que obligan a su conservación.
El estudio destaca que las leyes de protección no anulan el impulso de los lobos a mantenerse a distancia del hombre. Se trata de un indicador clave para conservar valores naturales y gestionar espacios protegidos, recordando que la mera presencia humana altera su comportamiento y hábitat.
Además, el uso de tecnología no invasiva como cámaras y altavoces ha permitido captar estas reacciones sin intervenir de forma directa, garantizando un análisis natural del comportamiento del animal en su entorno silvestre.
En suma, la investigación refuerza la idea de que, pese a los esfuerzos y las leyes, el ser humano sigue siendo el principal factor de estrés y miedo para el lobo, incluso en zonas donde la interacción está controlada.
