Los guipuzcoanos generan una media de 431,5 kilos de residuos urbanos por persona al año, casi 1,2 kilos diarios, según datos de la Diputación para 2024.
Los municipios más destacados son Oiartzun con 595 kilos por habitante, seguido de Irun (536) y Hondarribia (506), valores muy superiores a la media. La diferencia está ligada al peso de las grandes superficies comerciales en esas localidades.
Sin embargo, Oiartzun recicla el 71,52% de los residuos, situándose entre los mejores de Gipuzkoa, mientras Irun y Hondarribia reciclan solo el 52%, en la parte baja. Esto subraya la desigual gestión y concienciación local.
La cifra actual supera por poco la de hace una década, 425,84 kilos por persona en 2015. A nivel global, con más residentes (actualmente 13.869 habitantes más), Gipuzkoa produce casi 6.000 toneladas adicionales de basura al año, un aumento del 1,86%.
Sin embargo, el máximo histórico fue en 2019, previo a la pandemia, cuando se generaron 451,94 kilos por persona y un total de 334.000 toneladas, más que las 322.000 toneladas registradas ahora.
Del total generado, solo se recicla el 57,16% (184.452 toneladas) mientras 138.185 toneladas van a la incineradora de Zubieta, sin recuperación.
El residuo más abundante sigue siendo el orgánico, con 59,49 kilos por habitante al año, seguido por papel y cartón (54,50 kilos), envases ligeros (35,05 kilos), vidrio (34,45 kilos) y madera (26,50 kilos).
Destacan también los residuos especiales, aún limitados en volumen pero con avances, como 404 toneladas de aceite reciclado (medio litro por habitante), 122 toneladas de cápsulas de café y 80 toneladas de pilas. Estas cifras reflejan que la recogida especializada está mejorando, aunque todavía insuficiente.
En conjunto, Gipuzkoa mantiene la línea pese a ligeros cambios, pero la gestión y la separación selectiva varían mucho según municipios, y la reducción de residuos sigue siendo un reto pendiente. La incineración sigue absorbiendo casi la mitad de los residuos en un territorio con gran capacidad de reciclaje.
