Un incendio forestal en el Monte Areo, en el límite entre Gijón y Carreño, obligó esta madrugada a desalojar a unas 50 personas debido a la rápida evolución del fuego impulsado por rachas de viento de hasta 50 km/h.
El fuego, que comenzó a reactivarse sobre las 21:00 horas tras semanas controlado, tomó fuerza en cuestión de minutos. Vecinos de la zona, especialmente de la parroquia de San Andrés de los Tacones y el camino del Melendreru, fueron evacuados y trasladados al colegio de Monteana, habilitado por emergencias municipales.
“Es muy grande y avanza muy rápido. Nunca antes he visto un incendio así”, dijo Tino Mendona, líder vecinal de Monteana.
Bomberos de Gijón y Asturias, Guardia Civil, Policía Local, Cruz Roja, Protección Civil y sanitarios forman parte del operativo desplegado. Según fuentes oficiales, el personal trabaja toda la noche para contener las llamas que amenazan viviendas y un taller cercano, este último evacuado tras resistencia inicial de sus propietarios.
La Policía Local usó drones para monitorear la evolución desde el aire. A medianoche, la lluvia hizo acto de presencia, aunque el viento continuó dificultando las labores de extinción. Un bombero resultó herido leve durante la operación.
Algunos vecinos afectaron sacaron ganado y recibieron atención médica, como la familia de Gloria y Lourdes Riol, que tuvieron que salir sobre la marcha junto a su madre de 101 años, atendida por el SAMU.
La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, se desplazó al gabinete de crisis en la antigua jefatura de la calle San José y visitó el centro de acogida en Monteana, donde niños y mayores recibieron mantas, mascarillas y bebidas.
Hacia la madrugada se activó la opción de traslado a un hotel para quienes lo necesitaran. La humareda es visible desde varios puntos de la ciudad y el olor a quemado se siente con intensidad, alarmando a la población.
El origen del incendio está vinculado a otro anterior controlado la semana pasada, que las fuertes rachas de viento reavivaron. De momento no se registran heridos graves ni daños personales significativos, pero la situación sigue siendo crítica.
Las autoridades mantienen el operativo ante la amenaza de que las llamas lleguen a áreas residenciales y ponen en alerta a la población para posibles nuevas evacuaciones.
