Irán anunció la reconstrucción y ampliación de su programa nuclear tras los bombardeos conjuntos de Estados Unidos e Israel en junio. El presidente Masoud Pezeshkian confirmó hoy la construcción de ocho nuevas plantas nucleares, cuatro en la provincia de Bushehr, zona afectada por los recientes ataques, y cuatro más cuyo emplazamiento se dará a conocer pronto.
La afirmación llega en un momento de alta tensión en Oriente Próximo, justo cuando el conflicto en Gaza mantiene la región en estado de emergencia. Pezeshkian dijo que Irán retomará con más fuerza sus instalaciones, pese a los intentos de frenar su desarrollo nuclear. Según el director de la Organización de Energía Atómica de Irán, Mohamed Eslami, el objetivo es aumentar la capacidad eléctrica a 20.000 megavatios con fines “exclusivamente civiles”.
Ambos gobiernos, EE UU e Israel, justificaron los bombardeos de junio como una medida preventiva para frenar un supuesto programa de armas nucleares que Teherán niega rotundamente. El régimen insiste en que su programa tiene usos médicos y energéticos.
“Nuestros científicos piensan en la ciencia. No habrá problema en destruir edificios y fábricas; volveremos a construir y con más energía”, afirmó Pezeshkian durante su visita a la OEAI.
El anuncio aumenta la tensión con Washington, donde el presidente Donald Trump ha advertido de posibles nuevos bombardeos si Irán avanza en su programa nuclear. Trump defendió las acciones de junio diciendo que sin ellas no se habría logrado un alto el fuego en Gaza, comentario que recibió rechazo del líder supremo iraní, Ali Jamenei, quien lo calificó de “falso e intimidatorio”.
A pesar de la confrontación, diplomáticos en Teherán reconocen que Washington ha enviado señales para retomar un diálogo nuclear bajo nuevas condiciones, tratando de rescatar parte del acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA) del que EE UU se retiró en 2018.
El director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, mantiene la vigilancia sobre las instalaciones iraníes. Aunque no hay señales de nuevo enriquecimiento activo, inspectores han detectado “nuevos movimientos” y mantienen bajo estricta observación el uranio enriquecido al 60%, almacenado en Irán.
La estrategia de Teherán complica el mapa geopolítico. Irán busca con ayuda rusa fortalecer su tecnología nuclear civil para sortear sanciones y aislamiento, mientras EE UU ve en la cooperación con Rusia un riesgo de proliferación que puede desestabilizar aún más la región.


































