Jennifer Lopez, icono mundial y protagonista habitual de titulares, volvió a ser noticia esta semana tras una entrevista en The Howard Stern Show donde lanzó una dura crítica a sus exparejas afirmando que “no son capaces de amar”.
La estrella neoyorquina de 56 años dijo que sus ex intentaron comprar su amor con casas, anillos y matrimonios, pero que en realidad no la querían. “Y yo tampoco me quería a mí misma”, agregó.
El comentario no tardó en provocar respuesta, en especial de su primer marido, el cubano Ojani Noa, quien explotó en Instagram afirmando que él y varios otros sí la han amado. Noa recordó que le pidió mantener el matrimonio en secreto para evitar malas noticias y reprochó la “mentira” de Lopez sobre su supuesta incapacidad para amar.
El debate público llega justo cuando López vuelve a exhibir su colección de anillos de compromiso, que ya suma seis entre sus cuatro bodas oficiales.
Su primer anillo fue un diamante de 3,4 quilates valorado en 100.000 dólares, regalo de Noa. Luego vino el de Cris Judd, con un diamante de 4 quilates y una banda de oro amarillo también tasado en 100.000 dólares. Ninguno duró más de un año.
En la lista está también el icónico diamante rosa de 6,1 quilates que le regaló Ben Affleck en 2003, con un valor estimado en 2,5 millones de dólares, anillo que pese a la cancelación de la boda la cantante nunca devolvió.
Marc Anthony, con quien estuvo más de una década y tuvo mellizos, le dio un impresionante diamante azul de 8,5 quilates por valor de 4 millones. En 2024, Alex Rodríguez le pidió matrimonio con un diamante talla esmeralda de 15 quilates valorado en más de un millón, aunque esta relación terminó sin boda.
Finalmente, el reencuentro y segundo compromiso con Ben Affleck agregó un diamante verde estimado entre 6 y 10 millones de dólares. Esta boda sí se celebró, pero terminó tras dos años y con un polémico acuerdo prematrimonial que reserva a Lopez quedarse el anillo y obliga a Affleck a mantener una vida sexual activa four veces por semana.
Lopez ha reconocido que sus dos primeros matrimonios “no cuentan” y que aprendió que casarse no garantiza compañía ni amor. Sin embargo, ese historial de anillos, bodas y rupturas sigue siendo centro de atención y saca a relucir sus contradicciones personales y mediáticas.
En España y el resto del mundo, su nombre sigue prometiendo titulares potentes. Ahora, mientras su joyero rivaliza con colecciones de museos, la pregunta persiste: ¿qué hay detrás de esos anillos más allá del brillo?
