Jimena González, diputada de Más Madrid nacida en Cáceres, regresó este sábado a España tras ser retenida por el Ejército israelí cuando intentaba llegar a la Franja de Gaza en la flotilla humanitaria Thousand Madleens. Fue interceptada en aguas internacionales y trasladada junto a 144 tripulantes a la prisión de Ktziot, en el desierto del Negev.
En el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, González fue recibida entre abrazos por la ministra de Sanidad y líder de Más Madrid, Mónica García, y otros cargos del partido como Manuela Bergerot y Eduardo Rubiño. Visiblemente emocionada, la diputada se mantuvo firme:
“Han sido días durísimos, pero la lucha sigue. Vamos a ir a Gaza una y otra vez, y no nos van a parar”
Mónica García fue contundente al condenar la actitud de Israel:
“Israel se salta la legalidad internacional con total impunidad. Lo que está ocurriendo en Gaza es el mayor genocidio de este siglo, y no puede quedar sin respuesta”
La ministra pidió a la comunidad internacional que deje de lado las declaraciones sin efecto y tome medidas diplomáticas y comerciales contra el Gobierno de Netanyahu. Insistió en que “la paz solo será justa si los genocidas rinden cuentas”.
La flotilla Thousand Madleens partió con el propósito claro de romper el bloqueo humanitario y entregar material médico, alimentos y suministros básicos a Gaza. Sin embargo, el Ejército israelí interceptó las embarcaciones y detuvo a todos sus tripulantes, quienes denunciaron malos tratos durante la detención.
Entre los liberados están también María Teresa Arancón, María Plata Díaz y Yacine Belkaid Ayari. Este último relató el trato hostil recibido:
“Nos trataron como delincuentes cuando lo único que llevábamos era ayuda y esperanza”
Para Manuela Bergerot, portavoz de Más Madrid en la Asamblea, la liberación es una victoria simbólica y muestra de que la presión ciudadana funciona.
“Estas mujeres son ejemplo de compromiso y valentía. Han logrado que Gaza vuelva a estar en la conversación global, donde debe estar”
Más Madrid anunció que seguirá denunciando el bloqueo, apartheid y ocupación israelí, y que impulsará desde el Parlamento regional y nacional la ruptura de relaciones comerciales y militares con Israel.
Jimena González regresa con heridas físicas y morales, pero sin esconder su compromiso con la causa de Gaza, un territorio donde la crisis humanitaria sigue profunda: niños sin luz, hospitales sin medicinas y madres que pierden a sus hijos.
Desde España, González y sus compañeros llaman a no ignorar “esa herida que también es nuestra” y subrayan que el silencio ante la barbarie equivale a complicidad.
