Julio Llamazares visita Zaragoza esta semana para presentar El viaje de mi padre, un libro donde revive la travesía que su progenitor hizo en la Guerra Civil y que le llevó a luchar en batallas como Teruel, Quinto y Caspe.
El escritor leonés mantiene un vínculo especial con Aragón desde que en 1988 publicó La lluvia amarilla, un canto a la despoblación rural ambientado en el pueblo abandonado de Ainielle (Huesca). Ahora refuerza ese lazo con un relato que mezcla memoria y viaje histórico, en el que repasa los pasos que su padre, con apenas 18 años, recorrió al alistarse en el bando nacional, más por estrategia que por convicción.
Llamazares detalla que su padre entró en Transmisiones, un destino considerado menos peligroso que la infantería, para evitar el frente directo. La obra está basada también en testimonios clave como el de Saturnino Díez Tascón, compañero de armas que murió a los 95 años y aportó datos esenciales para reconstruir el periplo.
El escritor reconoce que este viaje le ha servido para cerrar una deuda moral con su padre, cuyas historias apenas escuchaba de joven. Relata que la batalla de Teruel, con temperaturas que llegaron a -20 grados, marcó profundamente a los combatientes. Su padre apenas quería recordarla, pero el frío de aquella zona quedó grabado en su memoria.
Llamazares no esquiva el drama y el dolor que la guerra dejó en millones de familias, incluida la suya, fracturada por hermanos en bandos opuestos.
“Sigue habiendo dos Españas y empiezo a pensar que son irreconciliables”
El autor lamenta que, a pesar del sufrimiento histórico, España parezca regresar a un clima de confrontación y frentismo similar al de la República. Señala que debates recientes en el Congreso y en medios reflejan ese retroceso y advierte sobre la pérdida de memoria histórica y de valores que eviten repetir el pasado.
Critica la ignorancia sobre la Guerra Civil, donde algunos jóvenes incluso defienden la dictadura franquista, y alerta que la radicalización suele nacer del desconocimiento.
“Se está jugando con fuego”, dice Llamazares sobre el actual clima político y social
El nuevo libro de Llamazares se inscribe en su línea de trabajos sobre el abandono rural, el tiempo, el olvido y la memoria histórica. Su viaje intenta encontrar respuestas que su padre nunca pudo dar, recuperando un período clave entre 1937 y 1938 que transcurrió por Aragón y otras regiones afectadas por la guerra.
Este proyecto también se suma a su reputación como uno de los principales escritores y cronistas del medio rural y la memoria reciente en España. Su mirada envejecida pero crítica pone en el centro no solo la crónica de un conflicto, sino el costo humano y social que aún pesa en el país.

































