Este otoño, la cocina española recupera ingredientes de temporada que combinan tradición y nutrición: calabaza, setas y castañas se posicionan como protagonistas en mercados y hogares.
Las calabazas, ricas en betacarotenos y fibra, vuelven en múltiples formas, desde cremas suaves con jengibre hasta lasañas vegetarianas y risottos cremosos con parmesano. Asadas con canela o nuez moscada, acompañan carnes y pescados o sirven de base para postres clásicos como el pumpkin pie o mermeladas caseras que prolongan el sabor del otoño.
En regiones con fuerte cultura micológica como Castilla y León, Cataluña, Galicia y País Vasco, vuelven los cestos llenos de boletus, níscalos y rebozuelos, que dominan menús de platos sencillos como salteados con ajo y perejil o tortillas, y también recetas más sofisticadas como carpaccios con aceite de trufa y salsas para carnes rojas. Las setas aportan proteínas y minerales, convirtiéndose en una opción ligera y saludable.
Las castañas, símbolo tradicional de esta época, son más que un producto de calle: su uso se extiende a la repostería con cremas y purés para tartas Mont Blanc, y en cocina salada acompañando guisos con pavo o cerdo. Su aporte de hidratos complejos las hace energéticas y perfectas para el frío, además de versátiles en sopas que combinan setas y caldo de ave.
El trío perfecto para esta temporada
Integrar calabaza, setas y castañas en platos conjuntos ofrece un valor culinario y nutricional. Desde cremas que mezclan los tres sabores hasta guisos de ternera con setas y castañas, las posibilidades son amplias. Además, la combinación equilibra vitaminas antioxidantes, proteínas vegetales y energía, esencial para el otoño.
Este mes, chefs y cocineros amateurs renuevan platos tradicionales apostando por la creatividad. La cocina de otoño en España se convierte así en un reflejo vivo de riqueza cultural y gastronómica, donde la temporada dicta menú y salud.
