La Fundación Banco de Alimentos de Pontevedra alerta del aumento sostenido en la demanda de ayuda alimentaria y productos básicos. José Luis Doval, responsable de la delegación local, confirma que cada día acuden más personas a sus puertas. Actualmente, la fundación atiende a 5.000 usuarios a través de 40 colectivos asociados, incluyendo entidades como la Asociación Española Contra el Cáncer y Cáritas.
Un fenómeno destacado es la aparición del nuevo perfil de “trabajadores empobrecidos”, según señala Ruth Villar, portavoz provincial. Personas que trabajan pero no llegan a fin de mes debido a salarios precarios. También siguen siendo muy numerosas las demandas de migrantes, incluyendo ucranianos que huyeron de la guerra.
Los beneficiarios del banco son muy diversos en edad y situación: familias con niños, mayores de 60 años con dificultades para reinsertarse laboralmente o migrantes en situación vulnerable. Villar apunta que muchos hogares llevan tiempo sin consumir productos básicos como carne o pescado, fundamentales para el desarrollo infantil.
El trabajo de voluntarios es clave para revisar y distribuir alimentos en perfecto estado. José Luis Doval relata el impacto emocional que generan las ayudas: “Una señora se echó a llorar al recibir pescado después de mucho tiempo sin poder comer”.
El local dispone de nevera y congelador, pero la fundación busca uno más grande y accesible para ampliar su capacidad.
Además de alimentos, también entregan productos de higiene como gel, pañales y artículos femeninos, donados por cadenas comerciales.
Desde antes de la pandemia, un programa coordinado con el Concello de Pontevedra beneficia a 95 familias (262 personas) con entregas mensuales personalizadas para evitar colas y estigmatización. José Luis Doval se encarga personalmente de contactar a las familias para gestionar la entrega.
Próxima Gran Recogida de noviembre
La campaña anual, que tendrá lugar los días 7 y 8 de noviembre, busca superar los 350.000 kilos de alimentos recogidos en la provincia este año. Se requerirán unos 800 voluntarios y participarán colegios, veteranos de la Guardia Civil, usuarios de la BRILAT y la Escuela Naval de Marín, además de internos de la prisión de A Lama, quienes realizan un trabajo destacado.
La recaudación será mixta: se podrán donar productos físicos o dinero en caja, cuyo saldo la fundación podrá usar durante meses en supermercados colaboradores.
