León vivió hoy uno de sus momentos más emblemáticos con la llegada de 357 pendones que representan a más de 230 pueblos de la provincia. Bajo un sol que salió justo a tiempo para evitar la lluvia, miles de personas salieron a las calles del centro para presenciar el desfile, una tradición de siglos que une a la provincia.
El acto arrancó en la plaza de San Marcos, donde los estandartes se izaron simultáneamente al ritmo del himno a León. Desde ahí, los pendones desfilaron por Gran Vía de San Marcos, la plaza de la Inmaculada, plaza de Santo Domingo y calle Ancha ante una multitud animada y respetuosa con la historia que cargan estas varas.
La comitiva terminó en la plaza de Regla, frente a la emblemática Catedral de León, donde los pendones quedaron izados en las verjas de la Pulchra Leonina, protagonizando muchas de las imágenes del día. Aquí también se entregaron premios, aunque los verdaderos reconocidos fueron quienes disfrutaron en las aceras de esta expresión viva de identidad.
Estos estandartes no son solo símbolos decorativos sino patrimonio cultural inmaterial declarado Bien de Interés Cultural. Su origen se remonta a la Edad Media cuando cada concejo utilizaba su propio pendón como señal de jurisdicción y comunidad. Su vigencia tras tantos siglos sigue siendo un vínculo irrenunciable para los pueblos leoneses.
A pesar de las amenazas de lluvia, el tiempo respetó la tradición y permitió que este desfile, convertido en uno de los eventos más esperados del calendario provincial, mantuviera su esplendor y convocara una vez más al sentimiento colectivo del pueblo leonés.
