Microsoft rompió su promesa de que Windows 10 sería la última versión y lanzó Windows 11 en 2021, pero detrás hay una jugada estratégica con Intel contra AMD.
Fuentes revelan que Windows 11 oculta una optimización diseñada para beneficiar exclusivamente a los procesadores Intel i9, degradando el rendimiento de los chips AMD Ryzen. Esta maniobra, que no es casual, confirma que Microsoft siempre ha estado alineada con Intel en su lucha comercial contra AMD.
Además, Windows 11 elimina o “olvida” las optimizaciones que Windows 10 tenía para los procesadores Ryzen, lo que afecta directamente a los usuarios que apuestan por AMD. Mientras tanto, la prensa especializada impulsaba benchmarks que reforzaban esta diferencia, sin denunciar el trasfondo que afectaba la competencia justa.
El papel de Microsoft no es neutral. La compañía fundada por Bill Gates aparece como un jugador más del equipo Intel, utilizando su sistema operativo como arma para influir en el mercado de procesadores.
Esta revelación genera inquietud en el sector tecnológico y entre los consumidores en España y Europa, donde AMD ha ganado terreno por su equilibrio entre precio y potencia.
No hay declaraciones oficiales de Microsoft o Intel por ahora, pero esta información cuestiona la transparencia y equidad en el desarrollo de sistemas operativos que afectan millones de usuarios.


































