Navarra no logra frenar la escalada de muertes laborales en 2024 con 18 trabajadores fallecidos hasta octubre, casi igualando los 22 registrados en todo el año 2008, cuando estalló la crisis del ladrillo. La cifra hace retroceder a la región a los peores años en siniestralidad laboral.
Entre los casos registrados destacan cinco transportistas muertos en accidentes de carretera, tres personas que fallecieron tras la caída de cargas durante su actividad, y dos leñadores víctimas del impacto de ramas. Otro trabajador murió tras precipitarse desde unos diez metros de altura en una obra. Además, hubo dos muertes in itinere, una de ida y otra de vuelta del trabajo, y un accidente mortal en misión, donde el empleado se desplazaba para una tarea externa al centro habitual.
El Ministerio de Trabajo sitúa a Navarra como la segunda comunidad con mayor siniestralidad laboral en España, con 291,3 accidentes por cada 100.000 empleados hasta agosto, muy por encima de la media estatal de 209,1. La región registra aproximadamente 68 accidentes laborales diarios, con un 20% de graves causados por caídas en altura.
En abril, un trabajador falleció tras caer de un andamio en Aoiz durante una obra. Con estas cifras, el Gobierno foral ha reforzado la apuesta por la prevención y lanzó el pasado 3 de noviembre la campaña “Trabajamos para vivir / Bizitzeko lan egiten dugu”, destinada a fomentar la cultura preventiva y frenar los accidentes.
La campaña se difundirá en autobuses urbanos, marquesinas, vallas publicitarias y redes sociales, buscando concienciar tanto a empleadores como a trabajadores sobre la importancia crucial de la seguridad laboral. El Ejecutivo navarro insiste en que cada acción individual cuenta para evitar siniestros y que la prevención es la herramienta más eficaz contra las muertes en el trabajo.
Navarra mantiene una tendencia preocupante que pone en riesgo los avances en seguridad laboral, y la cifra de fallecidos ya es la más alta en más de una década.
						
									































