El Smart que hoy conocemos tiene sus raíces en la visión de Nicolas G. Hayek, empresario suizo que reinvindicó la producción en masa y la innovación para hacer frente a la competencia japonesa en la industria relojera. En los años 90, Hayek trasladó esa filosofía al mundo del automóvil con un concepto claro: pequeño, urbano, eléctrico y altamente personalizable.
Tras varios intentos sin éxito con Volkswagen, Hayek encontró en Mercedes-Benz un aliado dispuesto a explorar el mercado del coche urbano. Mercedes ya llevaba años desarrollando prototipos que buscaban un vehículo pequeño y eficiente tras la crisis del petróleo de 1973. Sin embargo, las diferencias con Hayek —que apostaba por el motor eléctrico y colores llamativos— chocaron con la visión alemana centrada en motores térmicos y altos estándares de seguridad.
En 1994 se consolidó la alianza entre Daimler-Benz y la SMH (Corporación Suiza de Microelectrónica y Relojería), con participación del 51% para Daimler y 49% para SMH. Se presentó el MCC (Micro Compact Car), base del futuro Smart, y el nombre oficial fue un juego de siglas: Swatch Mercedes Art. El proyecto, liderado por Mercedes, optó finalmente por motores gasolina o diésel por coste y fiabilidad, dejando de lado el motor eléctrico de Hayek tras una demostración fallida.
La producción arrancó en 1997 en una nueva fábrica en Hambach, región de Lorena, con un diseño compacto de dos plazas y una célula de seguridad llamada Tridion. El Smart Fortwo prometía revolucionar el coche de ciudad permitiendo, por ejemplo, aparcar dos unidades en un espacio para uno solo. Aunque innovador en diseño y concepto, el coche fue un fracaso comercial en sus primeros años debido a su elevado coste frente a las propuestas urbanas convencionales.
El Smart Fortwo atravesó tres generaciones entre 1998 y 2024, con ligeros aumentos en tamaño pero manteniendo su esencia: motor trasero, arquitectura compacta y enfoque urbano. La segunda y tercera generación incorporaron versiones eléctricas que, ya en la última etapa, hacen del Smart un coche 100% eléctrico, cumpliendo finalmente la visión original de Hayek que no llegó a disfrutar.
En pleno siglo XXI, la marca sorprendió con el Smart #1, un SUV eléctrico con hasta 428 CV, hasta 440 km de autonomía y diseño rompedor que se aleja del pequeño Fortwo de siempre, entrando en el segmento de eléctricos premium. Cuenta con tecnología avanzada, múltiples pantallas y buen comportamiento tanto en ciudad como en carretera.
La historia del Smart es la de una idea adelantada a su tiempo, nacida en Suiza y Alemania, que tardó años en consolidarse como un coche rentable y que hoy sigue liderando la movilidad eléctrica urbana con un ADN que mezcla innovación, diseño y eficiencia.
