La colonización de Lanzarote es más antigua de lo que hasta ahora se pensaba. Según el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Pablo Atoche, nuevos estudios arqueológicos basados en los yacimientos de El Bebedero y Buenavista sitúan la presencia humana en la isla alrededor del año 1.000 antes de Cristo.
Atoche presentó estos datos en la conferencia “La protohistoria de Lanzarote: viejas creencias frente a nuevas evidencias” durante las Jornadas de Historia de Teguise, que se extienden hasta el 30 de octubre y contarán con la participación del paleontólogo Juan Luis Arsuaga.
Estos descubrimientos cuestionan la visión tradicional sobre la historia aborigen de Lanzarote y confirman con seis pruebas diferentes que la colonización fue mucho antes del cambio de era. Entre ellas, destacan las dataciones por carbono 14, contextos estratigráficos, objetos punicos importados del siglo VI antes de Cristo, estudios genéticos humanos y análisis de la genética de cebadas actuales, además de una propuesta de tasas de crecimiento poblacional de Antonio Macías.
Atoche señaló que Lanzarote tuvo un papel relevante en la explicación de la colonización de Canarias dada su proximidad a África y su riqueza arqueológica con restos aborígenes, púnicos y romanos. El catedrático defendió que la población indígena no fue un grupo aislado y estático, sino que mantuvo “contactos continuados con el exterior y supo adaptarse a circunstancias difíciles”, formando una “cultura conectada y cambiante”.
Contrario a lo que se pensaba, el puerto arqueológico de Zonzamas no representa la esencia de la protohistoria de Lanzarote, ya que sus restos sólo datan entre los siglos V y VII después de Cristo. Los hallazgos destacados y mucho más antiguos están en El Bebedero y Buenavista, a los que Atoche atribuye mayor relevancia pese a ser rechazados en estudios anteriores por no encajar en el esquema tradicional.
En estos dos yacimientos, donde se han realizado 18 campañas arqueológicas desde 1985, el volumen de información ha crecido exponencialmente, con hallazgos como ánforas romanas completas, molinos circulares, cisternas y estructuras relacionadas con el tratamiento de pieles.
Las muestras externas del yacimiento de El Bebedero se sitúan en torno al siglo X antes de Cristo, mientras las internas en el siglo VI antes de Cristo. En Buenavista, los restos datan alrededor del siglo I antes de Cristo. Para garantizar la fiabilidad de estas fechas, se analizaron cuatro muestras de diferentes materiales y vida media en laboratorios, usando métodos como carbono 14, fitolitos y paleopolenes, resultando todas en el mismo periodo cronológico.
Estos descubrimientos obligan a revisar la historia de Lanzarote y abren nuevas preguntas sobre la dinámica cultural y las conexiones comerciales y sociales en Canarias antes incluso de la era cristiana.
