Osasuna ganó este viernes a Getafe en un partido tenso pero dejó más preguntas que certezas sobre su juego bajo el mando de Martín Pautasso Lisci.
El equipo rojillo se impuso 2-1 con goles de Bretones y Catena, ambos nacidos de jugadas a balón parado que reflejan el espíritu de épica y valentía que caracteriza al club cuando el plan táctico falla. El primer gol llegó tras una falta que Víctor Muñoz peleó con garra, mientras que el tanto definitivo fue un cabezazo a la desesperada de Catena tras un córner servido por Rubén García, el asistente más fiable del equipo.
Pero el problema sigue ahí: ¿a qué juega realmente Osasuna? El entrenador argentino, conocido por un estilo más vertical y alegre que aplicó en el Mirandés, no ha logrado aún adaptar ese modelo a un equipo con otra clase de jugadores y en un contexto mucho más exigente como LaLiga. Ocho jornadas dejan una imagen irregular. Partidos con arranques intensos pero segundos tiempos fallidos y desconexiones peligrosas, como se vio en la reciente derrota en Sevilla.
“El patrón que quiere implantar Lisci no encaja en Osasuna ni tiene sentido para el equipo actual”,
dijo a este medio un seguidor que recorre 200 km para seguir al club y que incluso fue deportista olímpico. Añadió que el Mirandés con su despliegue físico y jugadores jóvenes hambrientos no es comparable a un Osasuna con futbolistas más consolidados y responsabilidades distintas.
Lisci, con experiencia en Levante, sabe que el fútbol es terco y que los cambios reales requieren tiempo y adaptación. Su desafío es encontrar el equilibrio entre el ideal competitivo y lo que puede poner en práctica con la plantilla actual.
El triunfo da oxígeno y tiempo. El cuerpo técnico tendrá espacio para analizar el inicio de temporada y decidir si insistir en su propuesta o ajustarla. Por ahora, el fútbol de Osasuna sigue dependiendo mucho de la intensidad, la valentía y la fortaleza en jugadas a balón parado más que de un plan concreto y acabado.
Quedan muchas semanas por delante en LaLiga, pero la afición rojilla sigue buscando una identidad clara que convenza en lo táctico y en lo estético. La épica ha salvado, de momento, el proyecto de Lisci.
