Gustavo Petro, presidente de Colombia, presentó en una entrevista con Al Jazeera su propuesta para crear una «OTAN suramericana» autónoma e independiente de Estados Unidos y Rusia. Lo hizo durante su gira por Oriente Medio, donde defendió que América Latina debe construir un bloque regional que combine cooperación militar y económica para ganar soberanía y protagonismo global.
Petro puso especial énfasis en que la región debe “hablar en el mundo con voz propia” y no depender de los intereses de las potencias tradicionales. Según su visión, solo una alianza común permitirá enfrentar con éxito retos como la desigualdad, la pobreza y, sobre todo, la transición energética hacia modelos descarbonizados.
El mandatario resaltó que la apuesta de Sudamérica no puede ser competir dentro de bloque económicos ya existentes, sino crear un proyecto propio basado en la autonomía. El eje de esa alianza, argumentó, debe ser la energía limpia, donde América Latina tiene un gran potencial para convertirse en un socio estratégico de Estados Unidos si Washington abandona su apuesta por el petróleo.
“Estados Unidos podría quedarse atrás si insiste en el petróleo”, advirtió Petro, subrayando que la región puede ser clave en energías renovables.
El presidente colombiano también criticó duramente las acciones militares estadounidenses contra supuestas embarcaciones de narcotraficantes en el Caribe, calificándolas de erróneas y apuntando al verdadero problema: la desigualdad social. “La gente en esas lanchas es joven y pobre, sin oportunidades. El verdadero narcotraficante está en el lujo de Miami, París o Dubái”, sentenció.
Para Petro, la lucha contra el narcotráfico debe pasar por la justicia social y la cooperación internacional en lugar de por operaciones militares que, según él, solo agravan los problemas estructurales.
La propuesta de esta alianza suramericana no solo gira en torno a la seguridad, sino que busca una redefinición del papel de América Latina en el escenario global para dejar de ser dependiente de potencias extranjeras. De concretarse, esta iniciativa significaría un cambio sin precedentes en la arquitectura regional, combinando defensa, energía y desarrollo sostenible.
La pregunta que queda en el aire es si los países latinoamericanos respaldarán este llamado a la unión soberana o si la idea quedará en intenciones, como ha sucedido otras veces.
						
									

































