Pontevedra ya aplica la inteligencia artificial (IA) para controlar el tráfico, optimizar la iluminación y gestionar el agua con sistemas avanzados que monitorizan en tiempo real los recursos de la ciudad.
El concelleiro de Urbanismo, Alberto Oubiña, destaca que “la revolución silenciosa ha empezado” con la creación de un gemelo digital que permite supervisar el ciclo del agua, detectar pérdidas y optimizar su gestión. Además, una red de cámaras y sensores lleva desde este verano el control del tráfico en la Boa Vila, mejorando la eficiencia de los semáforos y los estacionamientos.
Oubiña subraya que la IA será una realidad a medio plazo en áreas clave como movilidad, alumbrado público y presupuestos municipales, aunque advierte sobre “no ceder completamente la inteligencia” a las máquinas para evitar riesgos en la privacidad y controlar intereses económicos externos.
La Xunta impulsa el proyecto MaruxIA, un gemelo digital que no solo mejorará la gestión urbana sino también estudiará los bancos marisqueros de la Ría de Pontevedra para optimizar el uso sostenible de los recursos marinos.
En iluminación, la empresa local Setga ha desarrollado un sistema inteligente basado en sensores que regulan la luz según los ritmos circadianos y la presencia de peatones, ajustándose además a las condiciones del tráfico para reducir el consumo. Este sistema se estrenó en zonas centrales como la llamada “Milla de Oro” antes de la pandemia y ya exporta su tecnología internacionalmente.
La ingeniera Amparo Alonso, referente gallega en IA, señala que el avance tecnológico ya está presente en acciones cotidianas como recomendaciones personalizadas o factura eléctrica. Según Alonso, la IA permitirá diseñar ciudades más inteligentes y sostenibles mediante el análisis predictivo del tráfico y mejor planificación participativa.
Asimismo, la investigadora resalta que la transformación abarca también el ámbito rural. Mejoras en conectividad permitirán a las empresas agrícolas y ganaderas gestionar sus recursos con sistemas inteligentes, reforzando servicios y calidad de vida en zonas menos urbanas.
La revolución tecnológica en Pontevedra es un ejemplo palpable de cómo la IA empieza a transformar la gestión urbana en España, avanzando hacia ciudades más inteligentes, eficientes y sostenibles sin esperar a innovaciones futuristas como coches autónomos o taxis voladores.
