El suavizante que muchos usan para darle esponjosidad a las toallas, en realidad las está dañando. Expertos en textil alertan que este producto recubre las fibras de algodón con una capa similar a parafina que bloquea la absorción, haciendo que la toalla acabe seca, dura y poco útil.
En un video viral el especialista de la cuenta TikTok @atexlier_textil_hogar mostró la etiqueta de una toalla de Ikea donde se advierte claramente: “El suavizante puede disminuir la capacidad de absorción de la toalla”. La razón es que el suavizante vuelve las fibras repelentes al agua, destruyendo su función básica.
Con cada lavado las toallas, incluso las nuevas, pierden absorción y se vuelven ásperas. La suavidad aparente que aporta el suavizante es pasajera y engañosa, pues a largo plazo el tejido se endurece y pierde eficacia.
La alternativa barata y efectiva
En lugar de suavizante, el consejo es usar vinagre blanco. Añadir un tapón de 50 ml en el cajetín del suavizante ayuda a eliminar residuos de jabón y cal que se acumulan y dañan las fibras. Este truco casero mejora tanto la suavidad como la capacidad de absorción sin dejar olores desagradables.
Para prolongar la vida útil de las toallas, además, se recomienda lavarlas antes del primer uso para activar la absorción, usar programas de lavado a máximo 60 grados y secar a temperaturas moderadas (hasta 80 grados). También, planchar con cuidado si es necesario, y evitar la limpieza en seco. Las toallas 100% algodón pueden encoger hasta un 6% tras varios lavados.
No sobrecargar la lavadora y usar la dosis justa de detergente son otros consejos clave para que el agua circule bien y no queden residuos. Secar al aire siempre que se pueda ayuda a mantener la textura original.
Este mensaje ha calado ya entre consumidores que buscan consejos prácticos para el hogar en redes sociales y confirma que prestar atención a las etiquetas debe ser la regla, no la excepción.
