El último precio del trigo en Segovia se pactó en 192 euros por tonelada, insuficiente para cubrir los costes de producción, según la organización agraria Asaja y agricultores locales.
Antonio Rodríguez, agricultor de Zamarramala, confirma que cultivar trigo cuesta entre 700 y 850 euros por hectárea, mientras que los ingresos apenas alcanzan los 768 euros. Esto se traduce en pérdidas de hasta 82 euros por hectárea en la provincia, cifra preocupante incluso en un año de récord de producción con un rendimiento medio de 4.021 kilos.
En Castilla y León, que registró 4.626 kilos por hectárea y 8,4 millones de toneladas, solo los productores con mejores rendimientos lograron ganancias mínimas. El resto del sector está bajo presión financiera debido a costes disparados en semillas, fertilizantes y maquinaria.
Antonio Rodríguez culpa a la importación masiva y sin aranceles de trigo ucraniano como factor clave en la caída de precios:
“Ucrania no tiene PAC y produce sin restricciones, a precios más bajos que nosotros”
. Además, reclama reglas justas como las que han aplicado Polonia y Hungría limitando esas importaciones.
Los costes no paran de subir. El fertilizante cuesta hoy cuatro veces más que antes en relación a los precios del trigo, y la maquinaria nueva se ha duplicado desde hace diez años. El Plan Renove, que obliga a achatarrar tractor viejo para acceder a ayudas, alza el precio del sector según Rodríguez:
“Estoy en contra de ellas”
.
A pesar de todo, Antonio descarta dejar de sembrar trigo esta campaña:
“Quizá siembre menos, pero dejar de hacerlo no lo veo. Hay que pagar facturas y créditos”
. Anticipa mucho barbecho y un aumento del girasol, la siembra obligatoria para cumplir con la PAC aunque sea complicada por plagas y pérdidas.
Como solución, apuesta por ampliar la superficie de regadío:
“Es la única forma de producir más, pero la Junta no apoya ese modelo”
. Actualmente el regadío en Segovia está limitado casi exclusivamente al área de El Carracillo para fresas y hortalizas, mientras que en provincias vecinas como León o Salamanca ya existen más explotaciones con riego y mejor rendimiento.
La guerra en Ucrania y la competencia desigual sigue golpeando al campo español. España importó 10 millones de toneladas de trigo ucraniano el año pasado sin aranceles, y no fue incluida en el paquete de apoyo extra de la Comisión Europea en 2023, dejando a los agricultores aún más desprotegidos.
El sector cerealista español, clave en zonas rurales, pide con urgencia políticas que igualen la competencia internacional y faciliten el acceso al regadío para no seguir acumulando pérdidas irreversibles.
