Un pequeño pueblo de Salamanca ha revolucionado su economía local logrando que el 80% de sus ingresos municipales provengan de la venta de energía solar.
Sin contar con industria ni turismo, los vecinos organizaron una comunidad energética que ha captado atención en toda España como modelo de sostenibilidad y autosuficiencia financiera. Este pueblo produce y vende energía renovable, lo que le permite financiar servicios públicos y proyectos locales exclusivamente con esos ingresos.
La iniciativa nació de un esfuerzo comunitario para aprovechar los recursos solares y crear una fuente estable de ingresos sin depender de sectores tradicionales. Ahora, el pueblo funciona como un ejemplo vivo de cómo la transición energética puede transformar economías rurales deprimidas.
Esta comunidad energética no solo abastece su propio consumo, sino que comercializa la energía excedente en el mercado nacional, generando un flujo constante de dinero para el ayuntamiento. El proyecto ha despertado interés en otras localidades españolas que buscan alternativas económicas sostenibles.
No se han dado cifras exactas del monto total que recibe el municipio, pero el porcentaje anunciado muestra la relevancia de esta fuente en las finanzas locales. Esta apuesta verde ha eliminado la necesidad de la industria pesada o del turismo masivo para sostener el presupuesto municipal.
Este caso pone sobre la mesa cómo la energía solar puede ser un motor económico vital en zonas rurales y un camino para frenar la despoblación, manteniendo a las comunidades activas y económicamente viables.
