Rubi desafía la lógica ante Sporting y genera polémica tras victoria del Almería
En un partido decisivo para recuperar la confianza, el Almería logró una remontada fundamental frente al Sporting (2-1), sin embargo, la atención se centra en las controvertidas decisiones tácticas de su entrenador, Rubi. Pese a la victoria, que aporta aire y calma para el próximo enfrentamiento en Las Palmas, las dudas sobre su manejo del equipo persisten y crecen con cada partido.
El técnico rojiblanco volvió a sorprender al colocar desde el inicio a Chirino, justo cuando todo apuntaba a que esa banda derecha era un punto débil que el rival podría explotar. Esta opción ha resultado ser una de las decisiones menos acertadas, ya que el jugador exhibió graves carencias defensivas visibles incluso para aficionados poco técnicos.
Luna, alternativa con mejor rendimiento demostrado en partidos previos, fue relegado una vez más pese a que su nivel supera claramente al de Chirino. Estas decisiones “a contracorriente” han marcado la gestión de Rubi, que parece recurrir a ellas de forma recurrente, dejando a la plantilla sin todo su potencial.
Entradas de Arnau y Horta equilibran el juego y permiten la remontada
La segunda mitad cambió la dinámica tras la incorporación de Arnau y el aporte creativo de Horta, el verdadero motor que generó el pase decisivo para el 2-1. Curiosamente, Horta quedó en el banquillo la mayor parte del partido, un lujo que muchas plantillas de esta categoría no pueden permitirse y que evidencia dudas sobre la gestión de recursos del banquillo por parte de Rubi.
También es destacable cómo, cuando el equipo perdía, Rubi optó por retirar a dos delanteros para meter solo uno, una fórmula conocida que suele funcionar cuando el partido está cuesta arriba, pero que vuelve a contradecir la estrategia inicial con la que empezó a ganar terreno al Sporting.
Victoria necesaria pero con margen para la mejora táctica
Este triunfo es un balón de oxígeno que permite al Almería mantenerse cerca de los puestos de privilegio en Segunda División, pero la sensación entre la afición y analistas es que el equipo no está siendo exprimido al máximo. Con pequeños ajustes en el once y gestión de talento desde el banquillo, Rubi podría transformar la temporada.
Ahora, la mirada está puesta en el próximo partido en Las Palmas, donde el equipo necesita consolidar la mejora y donde Rubi tendrá que resolver si sigue con las estrategias poco convencionales que han despertado tantas dudas o si por fin opta por la lógica futbolística que pide la mayoría de seguidores y expertos.
En un fútbol cada vez más exigente, las decisiones del entrenador no solo afectan al resultado inmediato sino también al ánimo y la confianza del vestuario y la afición. El desafío para Rubi es claro: demostrar que puede equilibrar su criterio con las exigencias tácticas que el equipo y la categoría demandan.
