Pedro Sánchez mantendrá su ausencia en la Cámara Alta y no acudirá a la sesión de control del próximo 30 de septiembre. En su lugar, será la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien responda a las preguntas de los senadores, confirmó Moncloa.
Con esta nueva ausencia, Sánchez acumula más de 18 meses sin presentarse al Senado, a pesar de que la reforma del reglamento impulsada por el Partido Popular obliga al presidente a comparecer al menos una vez al mes. Esta norma nació tras la mayoría absoluta del PP en la Cámara Alta, que busca forzar el control parlamentario al jefe del Ejecutivo.
El Gobierno sostiene que dicha reforma es inconstitucional y presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional. El PSOE cuestiona especialmente el artículo 133 sobre la revisión de urgencias, aunque no impugnó el punto que obliga a Sánchez a acudir mensualmente.
Desde Moncloa, se amparan en el artículo 108 de la Constitución, que establece que el Gobierno responde “solidariamente” ante el Parlamento, por lo que la presencia de Montero cumple con la responsabilidad constitucional, aunque no con el reglamento del Senado.
La portavoz del PP en el Senado, Alicia García, cargó contra Sánchez enviándole una carta donde acusa al presidente de incumplir “una obligación fundamental” y de despreciar la Cámara y las comunidades autónomas que representa. García ironizó con que Sánchez “ha visitado más veces China que el Senado”.
El pulso político entre Gobierno y PP se intensifica. Los populares usan la ausencia de Sánchez como uno de sus principales reproches políticos en la Cámara Alta. Montero, con experiencia en comparecencias parlamentarias, afrontará previsiblemente un enfrentamiento duro con el PP en un ambiente ya cargado.
Hasta la fecha, Sánchez solo ha asistido una vez en esta legislatura, el 12 de marzo, y desde entonces ha delegado sistemáticamente sus respuestas en otros miembros del Ejecutivo. La tensión entre ambas cámaras y la interpretación del papel del Senado continúan abiertas y sin señales claras de que Sánchez vaya a cambiar su estrategia.
