Los gobiernos de Tailandia y Camboya firmaron hoy en Kuala Lumpur, ante la presencia del presidente estadounidense Donald Trump, un acuerdo de paz para poner fin a una escalada fronteriza que dejó cerca de 50 muertos y cientos de miles de desplazados.
El pacto, sellado en el marco de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que se celebra en Malasia, cierra uno de los enfrentamientos más cruentos entre ambos países en más de una década. El conflicto comenzó en julio y duró cinco días.
Trump destacó durante la ceremonia la buena relación entre ambos líderes, Anutin Charnvirakul (Tailandia) y Hun Manet (Camboya), y se atribuyó un papel clave en la resolución del conflicto.
“Me alegra que los dos países con los que estamos tratando se caen muy bien. No estoy acostumbrado a eso”, expresó Trump, aludiendo a otros conflictos internacionales como Ucrania y Oriente Medio.
El mandatario estadounidense también definió la mediación como una de sus primeras intervenciones en “guerras interminables” del siglo XXI y afirmó que disfruta resolver estos conflictos, asegurando que es algo en lo que es “bueno”.
En paralelo, los primeros ministros de Tailandia y Camboya ratificaron su compromiso “inquebrantable con la paz y la seguridad” y prometieron respetar las fronteras internacionales y resolver cualquier desacuerdo por vías pacíficas.
Ambos gobiernos presentaron un decálogo de medidas para asegurar el alto el fuego y estabilizar las zonas fronterizas conflictivas. Entre ellas destacan la desescalada militar verificada internacionalmente, el fomento de la confianza mutua y la lucha contra la difusión de informaciones falsas.
El acuerdo busca promover “la paz, la seguridad, la estabilidad y la prosperidad” en la región, basándose en “el respeto mutuo a la independencia, soberanía e integridad territorial” de cada país.
La firma se realizó pocas horas después del anuncio de Trump, que viajó expresamente a Malasia para presenciar el evento y respaldar la resolución del conflicto, uno de los episodios más graves en los últimos años en el sudeste asiático.


































