Tunte, en Gran Canaria, es sinónimo de lejanía incluso en el imaginario local. Este pequeño pueblo de poco más de 500 habitantes, capital de San Bartolomé de Tirajana, se encuentra en las medianías del sur y está rodeado de historia y misterio.
La arqueología ha descubierto en la Montaña de Rosiana, también llamada Montaña de los Huesos, uno de los mayores asentamientos indígenas de la isla. Allí hay más de un centenar de cuevas talladas donde los antiguos canarios vivieron, enterraron y guardaron alimentos. De esa época se cree que procede el nombre de Tunte, que aparece en documentos a partir de la conquista española.
El primer registro conocido data de abril de 1503 en el Archivo de Simancas, donde se menciona en un conflicto territorial. En el siglo XVI ya se habla de Tunte como un “lugarejo”, término para pequeños núcleos indígenas, y con el tiempo sobre esas ruinas se fundó el pueblo que hoy se oficializa como San Bartolomé de Tirajana.
El filólogo Maximiano Trapero, experto en guanchismos –palabras de origen aborigen–, confirma que el nombre Tunte ha permanecido casi intacto durante siglos y da nombre a varias zonas cercanas: la Hoya de Tunte, el Barranco de Tunte o Agualatunte, transformado en diversas variantes orales.
A pesar de la oficialidad de San Bartolomé de Tirajana, los vecinos nunca dejaron de referirse a su pueblo como Tunte. En el siglo XIX, el Diccionario geográfico de Pascual Madoz ya recogía esta doble denominación y confirmaba que el nombre popular seguía vivo.
El origen del nombre sigue siendo un enigma. La mayoría de los expertos coinciden en que es guanche, posiblemente ligado a raíces bereberes del norte de África, pero sin una traducción clara ni equivalente conocida. El filólogo Dominik Wölfel tachó el término de “opaco”, imposible de descomponer o asociar con otros topónimos. Por su parte, el arabista Abraham Loutf ha sugerido una posible relación fonética con nombres bereberes como Tanant, aunque no hay evidencia sólida.
Otra hipótesis popular, pero sin base lingüística, sostiene que Tunte significaría “el lugar de los canarios”. Lo cierto es que hasta la fecha ninguna fuente histórica o estudio filológico ha conseguido aclarar su significado original.
En Gran Canaria, Tunte sigue siendo un nombre lleno de simbolismo. Para muchos, nombrar Tunte es poner algo a la mayor distancia posible, el punto final del mapa isleño. Pero su valor real está en su pasado indígena y en el misterio que el nombre sigue conservando.
