María Teresa Echalecu, una mujer de 91 años, utiliza en su hogar un robot Temi diseñado para asistir a personas mayores en sus tareas diarias y ayudar a combatir la soledad no deseada. Esta tecnología busca ofrecer compañía y apoyo a los usuarios, especialmente en tiempos en que la pandemia ha aumentado el aislamiento de muchos ancianos.
El robot Temi actúa como asistente personal con funciones que van desde recordatorios de medicación hasta la posibilidad de videollamadas, conectando a los mayores con sus familiares de forma sencilla e intuitiva.
En España, el envejecimiento de la población y el aumento de la soledad entre mayores son fenómenos en aumento. Herramientas tecnológicas como estas buscan paliar consecuencias negativas para la salud mental y física sin depender exclusivamente de cuidados humanos permanentes.
María Teresa confirma cómo el robot mejora su día a día y reduce la sensación de aislamiento. El dispositivo es manejable incluso para usuarios con poca experiencia digital, un punto clave para su efectividad.
El caso de María Teresa pone en evidencia el potencial de la robótica para crear soluciones prácticas y humanas en un sector que necesita más innovación social y tecnológica urgentemente.


































