Elizabeth González Peralta, una de las víctimas de la DANA que asoló Valencia el 29 de octubre de 2024, ha cargado este miércoles contra las autoridades en el Congreso de los Diputados. Para ella, la tragedia «no fue una catástrofe natural, sino política» y exigió que se depuren responsabilidades claras.
Durante quince minutos relató cómo quedó atrapada en su vehículo en la autovía V-30, a solo 200 metros de la salida de Paiporta, cuando una masa de agua repentina arrasó la carretera. “La V-30 se convirtió en una ratonera”, explicó, y tuvo que abandonar el coche para refugiarse en un camión junto con otras personas, en medio de la oscuridad y el pánico.
El momento crítico llegó cuando el agua alcanzó la altura de las rodillas y apenas habían recibido alertas oficiales. González Peralta dijo que a las 20:12 horas sonó la alerta, pero los servicios de emergencias estaban «colapsados» y sin protocolo para actuar. En una llamada al 112, le avisaron que no podían proceder. Un guardia civil le dijo directamente que nadie iría a la V-30.
Dos bomberos que finalmente llegaron les indicaron que la única opción para salir era a pie, nadando o agarrados a los adoquines, con el agua a la cintura. Sin embargo, cuando el nivel bajó, a las tres de la madrugada, tampoco llegó ayuda. La víctima denunció que no había razones para no declarar estado de emergencia ni para no activar un plan de rescate inmediato.
González Peralta cuestionó además la paralización del proyecto hidráulico del Barranco del Poyo, que fue archivado en 2021 por el Ministerio de Transición Ecológica argumentando un coste elevado y la búsqueda de “soluciones menos agresivas” para el entorno agrícola. Ese proyecto podría haber mitigado el desastre, según ella.
«Las primeras horas son vitales para salvar vidas. ¿Por qué nadie nos avisó ni prestó auxilio? La gestión fue una catástrofe política»
Además, criticó duramente a la Generalitat Valenciana y al Gobierno central por su falta de reacción. En la sesión parlamentaria, Nahuel González, del grupo Sumar, calificó la gestión del gobierno valenciano como «la gestión de la vergüenza» señalando «impunidad y negligencia gigantescas» y acusó la protección y encubrimiento de los responsables.
En el funeral de Estado, las víctimas recibieron al presidente de la Generalitat, Gonzalo Mazón, con gritos de «asesino», reflejando el malestar y la rabia acumulada. La tragedia dejó al menos 229 víctimas solo en Valencia y el debate ahora se centra en la urgente necesidad de responsabilidades y en acelerar la ayuda y reconstrucción.
El caso pone en jaque a las autoridades autonómicas y nacionales por el manejo de la DANA, con graves cuestionamientos sobre protocolos, inversiones en infraestructuras hidráulicas y respuesta de emergencia.


































