En La Neuveville-sous-Montfort, cerca de Vittel, la gendarmería detuvo un caso insólito este martes. Un adolescente de 16 años, que circulaba en conducción acompañada, fue registrado a 147 km/h en una carretera donde el límite es de 80 km/h. La sorpresa mayor: su madre iba sentada a su lado, encargada de supervisar la conducción.
Los agentes del pelotón motorizado de Bulgnéville frenaron el vehículo, una BMW, y constataron la infracción grave. La velocidad casi duplicaba el límite permitido para una ruta departamental y para un aprendiz.
Como resultado, el libro de aprendizaje del joven fue retirado y el coche inmovilizado en el lugar. Ambos, madre e hijo, serán citados ante la justicia para responder por esta imprudencia evidente, según informó la gendarmería en redes sociales.
“La conducción acompañada, es aprender a proteger, no a tomar riesgos”,
destacó la gendarmería, que advirtió sobre las graves consecuencias que pueden derivarse.
El joven enfrenta hasta 3 años de prohibición para obtener el permiso de conducir. Por su parte, la madre podría recibir multas, la retirada de 6 puntos en su permiso, la confiscación del vehículo y una suspensión de la licencia también por un máximo de 3 años.
El caso ha generado comentarios y críticas debido a la flagrante irresponsabilidad de la madre, quien debió actuar como responsable y calma en esta fase de aprendizaje, pero no lo hizo.
Las autoridades insisten en el mensaje: la conducción tutelada debe ser una etapa para inculcar prudencia y respeto a las normas, no un pretexto para exceso de velocidad o conductas temerarias.
Los procedimientos legales siguen abiertos y se espera que el tribunal determine sanciones ejemplares para evitar que se repitan estas situaciones que ponen en riesgo vidas.


































