Alemania podría frenar la propuesta europea conocida como “Chat Control”, que planea un escaneo masivo de los mensajes privados en apps como WhatsApp o Signal. Este 7 de octubre, los ministerios federales responsables no lograron un acuerdo común sobre el controvertido proyecto.
La ministra de Justicia alemana, Stefanie Hubig (SPD), reafirmó que Alemania no apoyará ninguna medida que implemente un control masivo de las comunicaciones privadas sin motivo justificado.
“El control de chats sin motivo válido debe ser tabú en un Estado de derecho. Las comunicaciones privadas no deben ser objeto de sospecha general,” dijo Hubig el 8 de octubre.
Este rechazo provoca un bloqueo político que puede impedir que el proyecto, impulsado por la Comisión Europea y la presidencia danesa del Consejo, avance en la próxima votación del Consejo de la UE.
Patrick Breyer, exdiputado europeo por el Partido Pirata, cree que sin consenso en Berlín no se alcanzará la mayoría necesaria para aprobar el control de mensajes. Según él, la presión pública, de organizaciones y científicos, fue decisiva para esta resistencia. Un grupo de casi 700 expertos de todo el mundo ya había alertado del riesgo “sin precedentes” de vigilancia masiva, control y censura con este sistema.
La preocupación no solo abarca la privacidad sino también la seguridad digital. La asociación alemana de protección infantil, citada por Netzpolitik.org, cuestiona la eficacia y los riesgos para derechos fundamentales vinculados a esta vigilancia masiva y propone en cambio fortalecer las investigaciones puntuales y la prevención.
Desde el lado de las plataformas, Meredith Whittaker, directora de Signal, advirtió que si Europa obliga a escanear masivamente los mensajes, su empresa preferiría salir del mercado.
“Si tenemos que elegir entre comprometer nuestro cifrado o salir de Europa, lamentablemente nos iremos,” advirtió Whittaker.
En paralelo, líderes parlamentarios alemanes de la CDU y el SPD también rechazaron el proyecto. El secretario general del grupo SPD, Dirk Wiese, afirmó que el control masivo siendo inconstitucional en Alemania no prosperaría en tribunales. Por su parte, Jens Spahn, jefe del grupo CDU/CSU, comparó la propuesta con abrir todas las cartas para revisarlas preventivamente, algo “inaceptable”.
A pesar de la creciente oposición interna y externa, los Estados miembros de la UE discutirán esta semana el avance del proyecto a nivel de embajadores, con la posibilidad de que ministros se pronuncien en los próximos días. La voz alemana, por su peso poblacional, será clave.
La Comisión Europea, encabezada por Ursula von der Leyen, está bajo presión. Patrick Breyer ha instado a la presidenta a retirar el plan “dystópico” y optar por alternativas que protejan la infancia sin sacrificar los derechos civiles, mediante seguridad por diseño, limpieza proactiva de contenidos ilícitos y obligaciones claras para proveedores digitales.
El proyecto de regulación pretende intensificar la lucha contra la pornografía infantil en línea, pero Alemania deja claro que no será a costa de la privacidad y el cifrado, una batalla que ahora cobra mayor relevancia en el debate europeo sobre seguridad y derechos digitales.
