Andrew Omobamidele regresó al Racing de Estrasburgo con la firme intención de resarcirse tras su error decisivo que costó un penal y la derrota ante Havre al final de la pasada temporada. Aquel fallo, que dejó al equipo fuera de la clasificación para la Europa League, fue una de las escenas más duras para el defensa irlandés de apenas 23 años.
El partido contra Havre no pudo empezar peor para Omobamidele: recibió una tarjeta amarilla en los primeros minutos, cometió la falta penal que definió el encuentro en el último minuto y acabó expulsado. Un momento crítico que marcó el final de la campaña para su equipo y dejó heridas abiertas en la afición local.
Pero ni el técnico Liam Rosenior dudó de él. El entrenador, que también lleva poco tiempo al mando, defendió públicamente al jugador. “Después del partido le dije que era uno de los jugadores claves para esta temporada”, afirmó Rosenior en una declaración al club. Destacó sus cualidades: rápido, hábil con balón, sólido en el uno contra uno y fundamental para la defensa y el carácter del equipo.
Ahora, con la temporada nueva ya en marcha, Omobamidele es uno de los jugadores más veteranos dentro de un plantel joven y lleno de promesas. Él mismo reconoce que la decepción del año pasado le ha impulsado a querer volver más fuerte y “ser indispensable” para el Racing.
Esta semana estrenan ante Angers en casa, un duelo clave para poner en marcha su revancha personal y de equipo. La presión está sobre los hombros de un jugador que sabe lo que es cometer errores caros, pero también cómo trabajar para que no se repitan.
El Racing de Estrasburgo confía en que Omobamidele aporte equilibrio y experiencia en defensa mientras guían a sus jóvenes hacia mejores resultados que el curso pasado. El inicio de temporada será revelador para saber si el defensor puede borrar aquel estreno fatídico y devolverle al club sus sueños europeos.
