ArcelorMittal ha cancelado la construcción de cuatro hornos de cal en Gravelines, en el norte de Francia, debido a sobrecostos y retrasos que desbordaron el presupuesto y el calendario previstos.
El proyecto, que pretendía suministrar cal con baja huella de carbono a su acero en la planta de Dunkerque, implicaba una inversión cercana a 100 millones de euros y habría generado unos 40 empleos. Se desarrollaba en colaboración con los industriales Grupo Carrières du Boulonnais y Sigma roc.
ArcelorMittal, sin embargo, insiste en que esta decisión no afecta su plan de descarbonización, a pesar de que su planta de Dunkerque lleva meses en entredicho. A finales del año pasado, el grupo suspendió un proyecto mayor de inversión por 1,8 mil millones de euros para bajar emisiones. Ahora confirma que mantendrá el gasto en la instalación de un horno eléctrico, pero reducido a 1,2 mil millones.
El anuncio llega en un contexto complicado para la siderúrgica, que en estos meses también ha suprimido 636 puestos de trabajo, sobre todo en sus plantas de Dunkerque y Florange, como parte de ajustes necesarios ante la crisis en el sector.
El abandono de este proyecto en Gravelines abre señales de alarma sobre la capacidad de ArcelorMittal para mantener sus compromisos de innovación ambiental en Francia, mientras enfrenta la presión financiera y la competencia global.
Por ahora, el grupo mantiene que la reducción de su huella de carbono sigue siendo prioridad, pero con planes ajustados a la realidad del mercado.
