Médicos y farmacéuticos en Australia lanzan una fuerte advertencia ante la “prescripción excesiva” de cannabis medicinal, que se otorga frecuentemente sin la adecuada supervisión médica. La Asociación Médica Australiana (AMA) y la Guilda Farmacéutica Australiana exigen medidas urgentes para controlar un sistema que, aseguran, está siendo instrumentalizado.
Desde su legalización federal en 2016, el cannabis medicinal debía reservarse a patologías específicas y prescribirse solo por médicos autorizados. Sin embargo, la situación ha cambiado en los últimos años con la ampliación del acceso, especialmente gracias a consultas en línea, lo que dificulta la regulación y el seguimiento clínico.
Danielle McMullen, presidenta de la AMA, pidió “medidas urgentes” para que el cannabis se trate igual que otros medicamentos con riesgo de dependencia y criticó un aumento de prescripciones para trastornos sin evidencia sólida, como ansiedad, insomnio o depresión. También alertó sobre pacientes con antecedentes psicóticos que consumen cannabis medicinal.
El caso más sonado esta año fue el de un médico vinculado al gigante Montu, con aproximadamente 72.000 recetas emitidas en dos años para cerca de 10.000 pacientes, según reveló el diario The Age. Esto expone un mercado en auge: estudios anticipan que la industria global del cannabis medicinal superará los 65.000 millones de dólares para 2030.
La AMA y la guilda farmacéutica remarcan que sin un control reforzado, el uso de cannabis medicinal puede derivar en riesgos para la salud pública y un modelo comercial poco responsable.
Las autoridades australianas analizan ahora cómo implementar controles más estrictos sobre la prescripción, en un país que enfrenta un dilema creciente entre aprovechar beneficios terapéuticos y evitar abusos clínicos.
