En menos de un año, la tendencia financiera en África Occidental está cambiando el sector minero tradicional. Dos movimientos recientes evidencian cómo los bancos regionales apuestan fuerte por la minería para diversificar sus inversiones.
Idrissa Nassa adquirió Hummingbird Resources, empresa minera cotizada en Londres, mientras que Bernard Koné Dossongui compró la mina de oro de Tongon en Côte d’Ivoire, una operación antes en manos del gigante canadiense Barrick Mining Corporation. Ambos nombres vienen del sector financiero más que del extractivo.
La compra de minas por parte de estos banqueros marca un giro en el panorama económico de la región. Tradicionalmente, las grandes minas africanas han sido controladas por multinacionales que buscaban maximizar ganancias exportando minerales. Ahora, la llegada de capital local desde entidades bancarias impulsa la gestión directa y potencialmente una visión diferente en el uso de estos recursos.
Expertos financieros ven en estas adquisiciones un intento claro de fortalecer la presencia regional en un sector clave para la economía africana. Los bancos aprovechan su conocimiento del mercado y la cercanía con los proyectos para optimizar el manejo operacional y financiero de las minas.
Esta tendencia también enfrenta desafíos. La industria minera exige experiencia técnica y manejo de riesgos medioambientales y sociales que no siempre están en el perfil clásico de una entidad bancaria. Pero los movimientos de Nassa y Koné Dossongui ya generan atención internacional.
En resumen, el sector extractivo en África Occidental se redefine con la llegada de actores financieros locales que adquieren activos mineros estratégicos. Este fenómeno puede cambiar las reglas del juego y aumentar la influencia económica regional en un mercado antes dominado por multinacionales extranjeras.


































