Las marcas chinas de coches eléctricos aceleran su entrada en el mercado francés y empiezan a inquietar a los fabricantes locales. BYD, que llegó hace poco más de dos años, ya roza el 1% del mercado de vehículos eléctricos, una cifra baja pero con un crecimiento brutal del 244% en un año.
Este aumento viene acompañado de una expansión de la red de distribución: de 20 puntos en 2023, BYD planea llegar a cien a final de año. Michaël Martinez, responsable de comunicación de BYD Francia, destaca el interés “real y gran curiosidad” de los compradores franceses por sus productos.
La marca ya superó las 10,000 unidades vendidas en un año y espera crecer más con la apertura de su primera fábrica europea en Hungría. Otro gigante chino, Chery, tomó la antigua planta de Nissan en Barcelona y proyecta instalar entre 60 y 90 puntos de venta en Francia próximamente.
En este contexto, Renault, el líder francés tradicional en el sector, evita perder terreno y mantiene una posición sólida frente a la presión extranjera. La batalla por el mercado de vehículos eléctricos se intensifica con China levantando su ofensiva comercial y productiva en Europa, y Francia se convierte en uno de los centros clave.
Con estas dinámicas, los fabricantes franceses tendrán que acelerar innovación y presencia para no quedar rezagados ante la entrada masiva y cada vez más organizada de las firmas asiáticas, que no solo venden sino que también producen ya dentro del continente.
