Cabral Libii irrumpe con fuerza en la escena política camerunesa a horas de las elecciones presidenciales del 12 de octubre. A sus 45 años, el líder del Partido camerunés para la reconciliación nacional (PCRN) busca destronar a Paul Biya, quien gobierna hace más de cuatro décadas.
En un ambiente tenso y marcado por la sombra del presidente saliente, Libii ha sabido capitalizar su base joven con una “ola naranja” que promete cambio y renovación. Sus mítines en ciudades clave como Douala han destacado por la energía y movilización, pese a los obstáculos administrativos que enfrenta.
En las últimas semanas, la campaña de Libii ha ganado terreno mediante una fuerte presencia digital que amplifica su mensaje de ruptura con el sistema heredado. Su discurso es combativo, con llamados directos a no quedarse callados ante un régimen que muchos consideran agotado.
El reportero Yves Plumey Bobo, enviado especial en Camerún, destaca que la candidatura de Libii representa una de las alternativas más claras y desinhibidas frente a la hegemonía de Biya. Más allá del espectáculo electoral, su reto real será convertir esta movilización juvenil en una fuerza política eficaz capaz de alterar el tablero político.
Las elecciones se desarrollarán en un país donde la estabilidad política ha estado en entredicho y donde la posibilidad de un cambio genuino genera expectativas y también incertidumbre. Mientras tanto, el foco está puesto en una juventud que parece cansada del estatus quo y que ve en la “ola naranja” una potencial vía de escape.
Cabral Libii se declara listo para “no quedarse callado” y enfrentar al poder establecido, dejando claro que esta cita electoral podría abrir una nueva etapa en la historia reciente de Camerún.
