El valor de las viñas en Alsacia sigue en descenso y genera alarma en el sector vitivinícola local. Según datos de Safer para 2024, el precio medio en la región se mantuvo casi estable pero registró una caída del 0,7% con respecto al año pasado, situándose en 117.052 euros por hectárea en las zonas de denominación de origen.
Sin embargo, esta media oculta disparidades significativas entre departamentos. En el Haut-Rhin, donde los precios históricamente son más elevados, se ha producido una fuerte corrección del 5%, con un nuevo valor medio de 130.262 €/ha. Esta caída se explica por un aumento notable de las ventas: 189 transacciones frente a 149 en 2023, aunque el terreno vendido disminuyó ligeramente a 36 hectáreas.
Estos indicadores sugieren que los precios han retrocedido a los niveles de 2021 y 2022, una tendencia preocupante en un mercado que en dos décadas ha perdido un cuarto de su valor medio, desde su pico. En 20 años, el precio promedio de las viñas en Alsacia ha bajado un 25%, un contraste claro con regiones vecinas como Champagne y Borgoña, donde los valores permanecen más altos, y que además superan al Bordelés, que está en niveles inferiores.
La caída se atribuye al descenso en las ventas de vino que viene experimentando el sector últimamente, lo que genera dudas sobre el equilibrio futuro del mercado de tierras vitivinícolas. En concreto, el aumento en volumen de transacciones combinadas con una baja en superficie vendida y precio puede indicar una desconfianza creciente o una búsqueda de liquidez entre los propietarios de viñedos, pero también pone en alerta a los expertos sobre una posible subvaloración de estas tierras.
En el Bas-Rhin, el informe continúa señalando una situación “radicalmente diferente”, aunque los detalles precisos sobre esta área no se distribuyeron completamente en el informe inicial, quedan pendientes por aclarar en próximos comunicados.
Las autoridades agrarias advierten que esta dinámica debe seguirse de cerca para evitar un deterioro del mercado inmobiliario agrícola, que podría impactar no solo en el valor económico sino también en la calidad de la producción y la estabilidad del sector vitivinícola alsaciano, emblemático para Francia.


































