El Mediterráneo enfrenta una crisis ambiental tras registrar su ola de calor marino más larga y cálida en 40 años, con temperaturas hasta 4,3 °C por encima de lo normal entre mayo de 2022 y principios de 2023, según el último informe de Copernicus Marine.
El aumento térmico ha disparado la proliferación de especies invasivas que ponen en jaque la biodiversidad y la pesca artesanal local. En el delta del Pô, norte de Italia, la población de crabe azul Atlántico se ha disparado, provocando un desplome de entre el 75 y 100% en la producción de mejillones en ciertas lagunas durante 2023.
Este depredador, que se alimenta de moluscos, ha acelerado su reproducción ante las aguas más calientes. Su expansión no solo reduce las especies nativas sino que altera el equilibrio de los fondos marinos y el ecosistema.
En las costas sicilianas, el ver de fuego barbu, un gusano endémico de la zona que puede medir hasta 70 cm y vivir 9 años, también ha aumentado significativamente. Equipado con cerdas venenosas, este gusano voraz afecta directamente a los pescadores artesanales: consume cebos, rompe líneas y daña los peces capturados, reduciendo su valor comercial.
“Este ver es una amenaza tanto para la biodiversidad marina como para la estabilidad económica de las pesquerías locales,” advierten los expertos, que instan a implementar estrategias de gestión inmediatas para frenar su avance.
Entre las posibles respuestas están promover el consumo local del crabe azul para reducir su número, limitar la liberación de hembras reproductoras y aprovechar el ver de fuego para el tratamiento de residuos de moluscos.
El informe 2025 de Copernicus Marine también alerta sobre otras presiones en los océanos, incluyendo acidificación, contaminación por plásticos y reducción del hielo marino.
“Cada parte del océano está afectada por la triple crisis planetaria: cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación,” comentó Pierre Bahurel, director general de Mercator Ocean International durante la presentación virtual del informe.
La situación en el Mediterráneo pone en riesgo actividades tradicionales como la pesca artesanal, vital para comunidades costeras europeas. Los datos subrayan la urgencia de políticas conjuntas para controlar estas especies invasoras y proteger el equilibrio marino ante el calentamiento global.
