Francia adelantará el cambio a la hora de invierno en la madrugada del domingo 26 de octubre de 2025, una fecha más temprano que en los últimos años, confirmaron fuentes oficiales.
A las 3 a.m. del 26 de octubre habrá que atrasar el reloj una hora para que sean las 2 a.m. Esta modificación anticipada no responde a ningún cambio en la normativa europea, sino a que el último domingo de octubre cae más pronto en el calendario este año, según la directiva de la Unión Europea vigente desde 1998.
Desde 1998, los 27 países miembros hacen el cambio simultáneamente el último domingo de marzo para la hora de verano y el último domingo de octubre para la hora de invierno. En 2025 ese domingo será el 26. En 2026 se adelantará aún más, al 24 de octubre.
Este cambio significa que la temporada con hora de invierno durará 154 días, hasta el domingo 29 de marzo de 2026, cuando se volverá a la hora de verano, prolongando los días soleados.
La práctica del cambio horario en Francia data de 1976, como respuesta al choque petrolero de 1973-1974, buscando ahorrar energía al sincronizar mejor las horas de actividad con luz solar. Hoy sigue aplicándose para evitar desajustes en transporte y telecomunicaciones dentro de la UE.
Fuera de la Francia metropolitana, la mayoría de los territorios ultramarinos no cambian la hora, salvo Saint-Pierre-et-Miquelon.
El debate para eliminar el cambio horario sigue estancado en la Unión Europea. En marzo de 2019, el Parlamento Europeo aprobó su supresión, con opción para que cada país elija mantener permanentemente la hora estándar o la de verano, pero la pandemia y debates energéticos frenaron el avance. Actualmente, el Consejo Europeo mantiene el tema congelado.
Para el próximo cambio, los dispositivos conectados como smartphones y ordenadores adelantarán o atrasarán la hora automáticamente, pero los relojes manuales, despertadores o relojes de pared deben ajustarse a mano.
El domingo 26, a las 3 a.m., los franceses podrán ganar una hora extra de sueño, aunque tendrán que acostumbrarse a noches más largas y atardeceres más tempranos, con el sol ocultándose a las 18h en muchas zonas.
Este cambio también impacta a trabajadores nocturnos, que deberán contabilizar una hora extra de trabajo, remunerada o compensada según convenio.
La adaptación al nuevo horario puede generar cansancio o alteraciones del sueño durante varios días. Especialistas recomiendan ajustar gradualmente la hora de acostarse, aprovechar luz natural y evitar estimulantes por la tarde para mitigar el impacto.
Por ahora, el cambio horario sigue firme y automático en Francia, aunque apunta a un final incierto si la UE retoma las negociaciones y decide abolir esta costumbre en el futuro cercano.
