Marruecos ultima detalles para la Copa Africana de Naciones (CAN) 2025 que arranca el 21 de diciembre, mientras se prevé la llegada masiva de hinchas argelinos al estadio Moulay Hassan en Rabat. La histórica rivalidad entre ambas naciones añade tensión a una cita que deberá combinar deporte y seguridad en un contexto geopolítico delicado.
Con solo tres meses para el inicio del torneo, las autoridades marroquíes impulsaron una ampliación temporal de la Autoridad Electrónica de Viaje (AEVM) para facilitar la llegada de viajeros desde ocho países africanos, entre ellos Argelia. Esto ha provocado preocupación en sectores de seguridad y fanáticos, que temen enfrentamientos en las gradas.
Los lazos entre Marruecos y Argelia están marcados por décadas de disputas políticas, y el fútbol se ha convertido en un espacio donde se reflejan estas tensiones. Sin embargo, algunos analistas ven la CAN como una ventana para la reconciliación y la fraternidad entre hinchadas, aunque el ambiente parece cargado.
En diciembre de 2022, la clasificación histórica de Marruecos a semifinales del Mundial de Qatar provocó sentimientos encontrados en la región tras su victoria contra Portugal en Doha. Ahora, con la presión de organizar la CAN y recibir a miles de seguidores argelinos, Marruecos equilibra su discurso oficial de hospitalidad con medidas de alta vigilancia en sus instalaciones.
El estadio Moulay Hassan, epicentro del torneo en Rabat, deberá demostrar que puede manejar el desafío. La Confederación Africana de Fútbol (CAF) y las autoridades marroquíes insisten en que la CAN será un evento ejemplar, pero la atención internacional quedará centrada en cómo se gestionen las relaciones deportivas entre estos dos rivales.
Aunque la decisión de permitir el acceso electrónico facilitado fue vista como un gesto de apertura, las dudas sobre un posible choque entre hinchadas no desaparecen. Seguridad reforzada, presencia policial y protocolos de emergencia están activos desde ya para minimizar riesgos y garantizar que el torneo no se vea empañado por violencia.
El reloj avanza y las miradas de África y Europa están puestas en Marruecos. La CAN 2025 no solo decidirá al campeón continental, sino también si el deporte puede superar viejas heridas políticas en el Magreb.
