El fondo estadounidense Carlyle Group, uno de los mayores gestores de capital privado con 465.000 millones de dólares bajo administración, ha anunciado su regreso al mercado africano tras cuatro años de ausencia.
El movimiento se materializa con la adquisición de unidades flotantes de producción, almacenamiento y descarga (FPSO) que operaban en Costa de Marfil, propiedad hasta ahora de Altera Infrastructure. El monto de la transacción no fue revelado. Esta operación marca un retorno limitado pero estratégico, apostando por activos considerados seguros dentro de su cartera global.
David Rubenstein, cofundador y copresidente de Carlyle, reapareció en el foco durante el reciente Summit de Economía Mundial Semafor 2024 en Washington DC, reforzando la impresión del renovado interés de la firma por el continente africano.
Este regreso contrasta con la retirada total que la firma había iniciado hace cuatro años, reflejando un replanteamiento global hacia inversiones menos riesgosas. Mientras Carlyle reingresa cautelosamente, antiguos socios y ejecutivos del grupo siguen avanzando con fuerza en el capital privado africano, capturando oportunidades en sectores variados.
La adquisición de las unidades FPSO permite a Carlyle reforzar su presencia en la infraestructura energética africana, un área que sigue atrayendo grandes fondos internacionales a pesar de la volatilidad global. La apuesta por Costa de Marfil refuerza su papel estratégico en la región del África Occidental, clave para la producción de petróleo y gas.
Aunque se desconoce el volumen exacto invertido, la operación envía señales claras sobre la confianza renovada de uno de los gigantes del capital privado en el crecimiento y estabilidad potencial del continente africano, especialmente en sectores de infraestructura y energía.
Con este movimiento, Carlyle ajusta su estrategia global priorizando activos de menor riesgo y consolidando su huella en mercados con perspectivas de crecimiento sostenido.
