Una ola de firmas recorre Francia, denunciando que la inmigración es “una urgencia vital” para el futuro del país. La petición fue lanzada por el fundador del Puy-du-Fou y suma adhesiones desde las grandes ciudades hasta las pequeñas localidades: de Strasbourg a Biarritz, Brest o Marseille.
Los firmantes, que se identifican como “la Francia silenciosa”, advierten que el país está cambiando aceleradamente, y que ya no pueden tolerar vivir con miedo en las calles ni aceptar lo que definen como un “abandono” por parte de la clase política.
“No quieren ver lo que vemos, ni entender lo que sentimos, la situación se degrada cada día,” reclaman los ciudadanos en un mensaje directo a Emmanuel Macron.
El texto pide a los gobernantes que devuelvan “las llaves de la casa” y permitan a la población decidir el rumbo del país. Hablan de una “mexicanización” y “tropicalización” de Francia, términos que reflejan la creciente tensión social por la inmigración.
En las calles y redes sociales, la petición se viraliza como un símbolo del descontento en amplios sectores, que sienten que sus preocupaciones no son escuchadas. Desde zonas urbanas hasta pueblos, el debate se intensifica mientras las autoridades mantienen una postura oficial que minimiza el tema.
El movimiento suma cada vez más fuerza y visibilidad, con impacto directo sobre el discurso político. Por ahora, el ejecutivo no ha respondido públicamente a este clamor popular que exige medidas inmediatas en inmigración.
La iniciativa marca un nuevo capítulo en el debate nacional, exigiendo que la inmigración deje de ser tratada “como un tema más” y se convierta en la prioridad política número uno para asegurar la “seguridad y el futuro” de la nación.
