Los cuidados del pie siguen siendo una asignatura pendiente para mucha gente, aunque son clave para evitar complicaciones serias.
La Unión francesa para la salud del pie recuerda que ante uñas encarnadas, problemas circulatorios, verrugas o dolores que afectan rodillas y espalda, hay que acudir a un pedicuro-podólogo. Este especialista no solo trata lesiones y malformaciones del pie, sino también molestias vinculadas con el aparato locomotor, incluyendo tobillos, caderas y columna.
Las consultas pueden hacerse en consulta privada, hospitales o incluso en domicilio. El podólogo puede prescribir plantillas ortopédicas además de proveer consejos sobre higiene, calzado y educación para la salud podal.
La atención es necesaria y recomendable para cualquier edad, pero es especialmente crítica para diabéticos. Estos pacientes presentan mayor riesgo de infecciones y problemas circulatorios graves que pueden derivar en amputaciones si no se controla la salud de sus pies.
En Francia, solo algunos tratamientos prescritos por médicos están cubiertos en parte por la Seguridad Social. Cualquier cuidado estético, como un simple esmaltado o exfoliación, debe hacerse en un centro de belleza y no es reembolsable.
La clave es no esperar a que el dolor o los síntomas empeoren para buscar ayuda. Las pequeñas lesiones pueden anticipar daños mayores y complicaciones.
En suma, cuidar los pies no es solo cuestión de estética sino de salud integral. Consultar un podólogo a tiempo puede evitar problemas crónicos y mejorar la calidad de vida.
						
									

































